Director: J.J. Abrams
Guión: Lawrence Kasdan, J.J.
Abrams
Reparto: Harrison Ford, Mark Hamill, Domhnall
Gleeson, Carrie Fisher, Andy Serkis, Adam Driver, Oscar Isaac, Daisy Ridley,
Peter Mayhew, John Boyega, Max von Sydow, Kenny Baker, Anthony Daniels
Página web oficial:
http://www.starwars.com/
Saludos cordiales, lectores de ‘El
Cronista’. Sé que desde hace dos años, más o menos, este blog ha estado
inactivo y, además, nunca pensé que lo retomaría jamás; pero recientes
acontecimientos me llaman a publicar, al menos, una nueva entrada. El evento al
que aludo es el estreno de la película ‘Star Wars: El Despertar de la Fuerza’,
en donde parece que estén llamando a la nostalgia de aquellos que nos criamos
viendo a las astronaves Ala-X de la Alianza Rebelde, luchar contra los Cazas
TIE del Imperio Galáctico y, asimismo, disfrutar con las piruetas imposibles de
un carguero corelliano modificado por contrabandistas “en una galaxia muy, muy
lejana...” Que me siento aludido, vamos.
He de confesar que no me apasiona
demasiado esta nueva trilogía de la “Guerra de las Galaxias” (el nombre por el
que siempre lo conocí cuando era niño), y más teniendo en cuenta que se planean
una serie de películas derivadas que me desalientan; una sobre los espías que
robaron los planos de la Estrella de la Muerte, otra sobre la vida de un
juvenil Han solo y unas más sobre el caza-recompensas Boba Fett. Bien es cierto
que me impresiona el universo creado por George Lucas y que la trilogía
primigenia fue un hito en la historia del cine, tanto en el género de fantasía
como, en general, en la industria cinematográfica (recordemos el enorme merchandising generado). De igual modo,
hay que destacar que el proyecto original de Lucas incluía una historia
compleja que se tasó en nueve películas, lo que se ve confirmado por la
trilogía anterior, que cuenta los pormenores de las Guerras Clon y esta nueva
trilogía que comienza ahora.
Pareciera entonces que los
antiguos seguidores de la saga deberían estar de enhorabuena, porque se cumplen
las expectativas, a pesar de algunos malos tragos con los Episodios I, II y
III, que dejaron un sabor agridulce y la sensación de que la saga galáctica no
iba a continuar. Ahora bien, las nuevas caras visibles de la producción de Star Wars, el director de cine J.J.
Abrams y la productora Kathleen Kennedy, han desestimado las ideas de Lucas
para esta nueva trilogía, lo que nos deja en una completa incertidumbre sobre cuál
va a ser el tratamiento de este producto. Por mucho que se considere que Abrams
ha resucitado el universo de Star Trek,
lo cierto es que ha malogrado un producto de verdadera ciencia ficción, a favor
del espectáculo y menoscabando la reflexión prospectiva. Si bien Star Wars es diferente, puesto que es
más fantasía, pero aun así, según la Ley de Murphy, irá mal. Recuerden la
película ‘Super 8’, que pretendía recuperar el cine de fantasía y aventuras de
los ochenta y que resultó fallido. Lucas vendió su productora –LucasFilm– a
Disney y finalmente se desentendió de su propia creación, después de
decepcionar a bastantes con las precuelas antedichas; pero al menos podíamos
tener presente que la idea original podía llegar a culminarse. No va a ser así.
El universo de Star Wars ha superado
a su creador y se ha convertido en un patrimonio más amplio, así que sólo queda
resignarse y esperar que no se maltrate demasiado la historia original.
De ahí mi pesimismo, además de
por alejarme de la magia de las películas originales, por una situación
puramente fisiológica: me he hecho mayor. Puedo recordar con cariño la trilogía
original –desde los ojos de la niñez gracias al VHS– y con mal sabor de boca la
trilogía de los “episodios” –vista en la adolescencia–, y por eso la campaña
publicitaria de esta nueva película alude a esos sentimientos encontrados, al
menos desde mi punto de vista. Saben que las precuelas decepcionaron y que las películas
originales son las principales valedoras del universo de Star Wars. De esta forma, podemos ver en los tráiler y avances a un
Halcón Milenario surcando de nuevo los cielos (además de atravesar un bosque de
coníferas y rebotar contra una superficie nevada… horror de los horrores) y contemplar
a variados estafermos, como un talludo Han Solo (Harrison Ford), así como a Leia
Organa (Carrie Fisher), Luke Skywalker (Mark Hamill) y un Chewbacca, que por
alguna extraña razón me resultan descontextualizados. Puede que por su transformación
en personajes secundarios, no lo sé, aunque creo que quizá sea de agradecer.
Así pues, mi teoría es que
intentan que aquellos –como yo– que se dejaron seducir por la enorme capacidad
de generar fantasía de las películas originales, hagamos un acto de fe y vayamos
como locos a comprar las entradas al cine, comamos palomitas y consumamos
objetos relacionados con el mundo creado por Lucas. Para ejemplo de lo expuesto
véase el mayor uso de decorados reales y menos efectos digitales (el abuso en
las precuelas fue desalentador) y la grabación en 35 mm en plena era digital y
de la alta definición. En cualquier caso, yo me conformo con hablar del
fenómeno en este blog, y ya es una publicidad añadida a un producto que no la
necesita.
¿Quién –de entre los amantes acérrimos
de Star Wars– no se emociona con la escena
en la que Luke Skywalker (un jovencito Hamill) mira en lontananza hacia los dos
soles gemelos de Tatooine? Ese irrefrenable deseo de abandonar la granja de
humedad familiar y hacer realidad sus sueños de salir de ese desierto yermo,
surcando la galaxia en una nave espacial. Pues bien, ya podemos ver una nueva
imagen, en los adelantos de la nueva película, que parece remitir a esa memoria
(no se trata del planeta donde se crio Luke sino de un tal Jakku, pero en fin),
que tanta melancolía supieron plasmar en 1977, pero añadiendo un tono épico,
que si falta en las producciones actuales parece que no se pueden llegar a
estrenar, nótese la ironía. Se trata de un contraluz con un amenazante
escuadrón de cazas TIE, y a continuación podemos ver explosiones masivas a lo
Michael Bay, que me dan muy mala espina. Llamadme hombre susceptible y de poca
fe.
Por otro lado, se ha sostenido que
uno de los rasgos más importantes para el éxito de la trilogía original, fue un
reparto con actores relativamente desconocidos en los papeles principales; cosa
que en esta nueva película se vuelve a llevar a cabo, eligiendo como
protagonistas de la trama a Daisy Ridley (como Rey), John Boyega (convertido en
Finn) y Oscar Isaac (dando vida a Poe Dameron, siendo éste un actor bastante
más conocido que los dos anteriores). ¿Trio amoroso a lo Leia-Luke-Han? No
especulemos con eso. El caso es que hay que reconquistar al público seguidor de
la trilogía original, pero contentando al nuevo espectador que demanda
personajes juveniles.
¿Otra forma de apelar a la
nostalgia que nos embarga al pensar en la trilogía original? Pues bien, han
contratado al gran Max von Sydow, continuando la tradición de contar con viejas
glorias del cine en papeles secundarios, como se hizo en las precuelas con el
magnífico Christopher Lee (interpretando al Conde Dooku) y en las películas
originales con el inigualable Alec Guinness (en el papel de Ben ‘Obi-Wan’
Kenobi).
No podemos olvidarnos de un
reclamo más, que incide en nuestra memoria de forma apabullante: los ya
clásicos droides del universo Star Wars. A parte de volver a ver a la
pareja de robots más famosa del cine, R2-D2 y C-3PO, han añadido un nuevo droide astromecánico con forma de
pelota, BB-8, que intenta recuperar el estilo y personalidad de R2, pero con
una capacidad cinética más sorprendente, e imagino que con más cachivaches.
La música es otro elemento que
incide en nuestros buenos recuerdos de las primeras películas, contando en esta
nueva producción –una vez más–, con la colaboración del mítico John Williams,
galardonado, entre otras muchas partituras, por saber dar ambiente idóneo a
esta saga, convirtiendo sus melodías en clásicos de la música del cine.
Y por último, esa máscara
carbonizada y destrozada de Darth Vader, el verdadero protagonista de las seis
películas anteriores, el eje sobre el que giraba todo el universo de Star Wars. Ese tenebroso y pavoroso
villano que ahora, en la nueva película, se ha reorientado hacia un nuevo
antagonista –también enmascarado– llamado Kylo Ren (Adam Driver), sobre el que
han surgido inusitadas especulaciones que aquí no trataré en profundidad
(posible hijo desconocido de Anakyn Skywalker, hijo de Leia y Han, hijo de
Luke, o bien, ser el propio Luke Skywalker, entre otros). Curioso parecido el de
Vader con Ren, los dos vestidos de negro, con voces estentóreas y armados con
sables de luz de color rojo, si bien Ren con un tono más épico al añadirle gavilanes
láser y parecer más un montante renacentista que una espada samurái.
En fin, supongo que para
desengañarme o para confirmarme en mis sospechas, no queda otra que consumir
esta nueva película, cosa que seguramente acabaré haciendo –cómo me cabrea
ceder– aunque me pese. Podría terminar esta entrada con un manido “may the Force be with us…” para tratar
de conjurar hados favorables, equivocarme y pensar que el guionista Lawrence
Kasdan puede repetir el éxito de ‘El Imperio Contrataca’; pero dada mi habitual
desconfianza acabaré –como diría el androide de protocolo C-3PO– con un: “¡Oh dear, oh dear!”.
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