martes, 13 de diciembre de 2016

Rogue One: seguridad imperial comprometida

Saludos efusivos tengan ustedes, queridos lectores de este espacio digital. Hoy vengo a comentar el próximo estreno en cines de la película 'Rogue One: Una Historia de Star Wars' (2016), que está previsto para el 15 de diciembre. El filme está dirigido por Gareth Edwards y escrito por Chris Weitz, Tony Gilroy, John Knoll y Gary Whitta; basado —como no puede ser de otra manera— en el universo creado por George Lucas. Es la segunda película de la saga producida por Disney tras 'Star Wars: El despertar de la Fuerza' (2015), de la que se realizó un artículo en este blog para comentar su estreno. Aun siendo una película más cercana —bajo mi punto de vista— al fantástico que a la ciencia ficción, voy a tratar de analizarla desde el ámbito prospectivo, relacionando el film con las modernas estrategias de seguridad y algunas de las nuevas amenazas a las que se enfrentan los Estados en la actualidad. En definitiva, se puede decir que uno de los principales peligros a los que se enfrentan las estrategias de seguridad de los países en este momento, tiene que ver con el desarrollo de las tecnologías de la información de y de la comunicación, es decir, con la ciberseguridad. Sin embargo, en esta película parece que la trama desarrolla un plan de robo de corte más "analógico", lo que implica un problema a la hora de adaptarse al público moderno, que percibe como más realista una amenaza digital, ya que se relaciona con el mundo en el que vivimos. Pero antes de entrar en materia, apuntemos algunos datos filmográficos de la obra.


'Rogue One' es un derivado de la saga de Star Wars, un capítulo de la historia ideada por Lucas que se introduce entre 'Episodio III: La Venganza de los Sith' (2005) y 'La guerra de las galaxias' (1977), rebautizada como 'Episodio IV: Una nueva esperanza'. La premisa, creo, es de sobra conocida, pero bueno, siempre viene bien introducir una pequeña sinopsis para presentar de forma completa una película. El Imperio Galáctico está en el apogeo de su poder, y para terminar con los restos de la resistencia, ha construido el arma definitiva: la Estrella de la Muerte, una enorme estructura armada con capacidad para desintegrar un planeta. La Alianza Rebelde decide mandar a un grupo de soldados para sortear las defensas imperiales y robar los planos de la estación militar, con la esperanza de encontrar alguna vulnerabilidad que pueda eliminar la amenaza para los rebeldes. El comando de élite está compuesto por personajes muy variopintos, que van desde la empecinada protagonista, la líder del grupo Jyn Erso (Felicity Jones), pasando por el oficial de inteligencia Cassian Andor (Diego Luna), su droide imperial re-programado K-2SO (Alan Tudyk), el guerrero místico Chirrut Inwe (Donnie Yen), el asesino a sueldo Baze Malbus (Wen Jiang), y el piloto imperial desertor Bodhi Rook (Riz Ahmed). Sus principales enemigos son —a parte de una presumible cantidad ingente de tropas imperiales—: el Director Imperial Orson Krennic (Ben Mendelsohn) encargado de la seguridad del proyecto de arma final y —para solaz de los seguidores incondicionales de la serie—, Darth Vader (con voz de James Earl Jones e interpretado por Spencer Wilding), Lord Sith y la lugarteniente del Emperador. El reparto también incluye al padre de Jyn, el ingeniero de la Estrella de la Muerte Galen Erso (Mads Mikkelsen), al líder insurgente Saw Gerrera (Forest Whitaker), a la dirigente de la Alianza Rebelde Mon Mothma (Genevieve O'Reilly) y al Senador de Alderaan Bail Organa (Jimmy Smits), entre otros.


El traslado de la problemática que aquí se trata al mundo de nuestros días, se relaciona con el proceso de digitalización que se establece en muchas de las actividades que rigen la vida actual, como pueden ser, por ejemplo, en la sociedad (administración, educación, sanidad, etcétera), los negocios (comercio, finanzas) y la industria. Las amenazas de robo de datos son, ahora, en su mayor parte, un asunto relacionado con la información digital. Pensemos, por ejemplo, en los diversos problemas que surgen con las nuevas tecnologías del big data, la nube y el Internet de las cosas. En este sentido, la película presenta los problemas de seguridad, a la hora de proteger datos sensibles, de una forma más analógica. En vez de ser un grupo de crackers, como los que, verbigracia, se presentan en la serie de televisión 'Mr. Robot' (2015-...), en esta película de Star Wars el grupo delictivo parece ser una cuadrilla de soldados aventureros, cuyo objetivo es infiltrarse físicamente en la red de inteligencia del Imperio. En nuestro día a día, este tipo de amenazas o formas de guerra se están fraguando en el ciberespacio, tal y como enunció de forma visionaria la novela Neuromante, escrita por William Gibson y publicada en 1984.


Se puede elaborar una lista de posibles atacantes muy preocupante, desde usuarios internos de las diferentes compañías o administraciones, motivados por intereses o venganza; también los conocidos como script kiddies, que pueden no ser del todo tan inofensivos, hacktivistas en busca de notoriedad, delincuentes en busca de dinero fácil, terroristas que quieren provocar todo el daño posible e, incluso, Estados en defensa de sus propios intereses, realizando labores de espionaje estratégico y económico, desarrollando "ciberarmas", es decir, software diseñado para atacar a los oponentes. Y todos, repito todos, estamos amenazados. Los Estados por robo de información estratégica, las empresas por hurtar información y propiedad industrial o intelectual, y los propios ciudadanos por sustracción de credenciales bancarias o, por poner otro ejemplo, troyanos como CryptoLocker, así como botnets para controlar ordenadores a distancia. Si nos centramos en España, la protección contra estas amenazas es tan importante como para elaborar un documento concreto sobre la materia: la Estrategia de Ciberseguridad Nacional (2013), y la creación del Consejo Nacional de Ciberseguridad en 2014. Además, existen diversos organismos específicos pensados para combatir estos fallos de seguridad, como pueden ser el Centro Criptológico Nacional, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas, y el Mando Conjunto de Ciberdefensa. En definitiva, queda patente que el ciberespacio se ha convertido en un nuevo entorno en donde se dirimen los intereses de los Estados, necesitado de una política de defensa; si bien, su regulación es compleja debido a que, en muchas ocasiones, se trata de combatir a actores no estatales. Además, la amenaza es global y afecta tanto a la administración de los países, como a los ciudadanos y las empresas privadas.

'Rogue One', en realidad, parece querer mezclar una trama de espionaje junto con la trama bélica. En mi humilde —y poco relevante— opinión, deberían introducir algunos de los elementos relacionados con las amenazas digitales, por ejemplo, implicando a los droides. Bien mirado, no es una posibilidad muy abracadabrante. A fin y al cabo, tal y como se cuenta al principio del 'Episodio IV', ¿dónde se esconden, finalmente, los diagramas robados de la Estrella de la Muerte? En un pequeño droide astromecánico: R2-D2. ¿Tendrá un papel relevante, en este sentido, K-2SO a la hora de localizar y substraer la información del Imperio, a parte de ser el contrapunto cómico a lo C3-PO? Meras especulaciones hasta que veamos la película.


Qué duda cabe, probablemente resulta más interesante, para una cinta de acción, implicar a una cuadrilla heterogénea que se enfrenta al peligro atravesando las filas enemigas, como un comando de élite secreto, para llegar a su objetivo a base de disparos y gracias a su ingenio táctico. Si bien, ese tipo de acciones parece tener más que ver con situaciones acaecidas, sobretodo, en las guerras del siglo XX y anteriores. Ahora parece que el robo de información se acerca más, como ya se comentado, al mundo digital, al estar todo conectado a la Red, o, al menos, contar con sistemas relacionados con las tecnologías de la información y de la comunicación. Si bien, en el estado actual de cosas, este tipo de amenazas se desarrollan en un mundo en donde no se generalizan las guerras abiertas, con luchas de ejércitos oponentes, si exceptuamos el caso de la guerra contra el Estado Islámico, en Irak y Siria, entre otros. Estaría más cerca de las acciones llevadas a cabo para detener el desarrollo nuclear iraní, o la sospecha de ataques informáticos en Corea del Norte, Rusia o China, por poner sólo unos ejemplos. En un contexto bélico, con tropas armadas en el terreno y batallas abiertas entre ejércitos enemigos, parece más sensato presuponer que el robo de información se parecería más a las actuaciones que llevó cabo el británico Alan Turing, en la Segunda Guerra Mundial, para descifrar el código secreto que utilizaban los nazis en sus comunicaciones a través de máquina Enigma, pensada para encriptar mensajes. Y en ese caso, un planteamiento como el de la película biográfica 'The Imitation Game (Descifrando Enigma)' (2014), aunque tendría más sentido desde un punto de vista realista, no funcionaría para un obra que se define por la espectacularidad y la acción, como lo es Star Wars. Máxime cuando se nos anuncia que se trata de una película más bélica que de aventuras. Por tanto, se supone que una buena salida sería mezclar ambos conceptos de guerra y buscar un término medio, para generar la expectación que demandan los seguidores de esta saga, al mismo tiempo que se introducen nuevos enfoques, que tienen que ver con la realidad actual y las amenazas a las que nos enfrentamos, en nuestro día a día, cuando utilizamos las nuevas tecnologías digitales.


Salvando esta problemática, en cualquier caso, resulta claro que la información es un activo muy apreciado, sobre todo, en contextos de enfrentamientos bélicos. Es necesario protegerla, ya que alcanzar el conocimiento de la información secreta, las comunicaciones y los datos estratégicos enemigos, otorga una ventaja insoslayable. Así pues, bien sea a través de ataques en el ciberespacio o valiéndose de incursiones de grupos de choque, el resultado es el mismo: un error de seguridad que permite el robo de información sensible para el enemigo. En en el caso que nos ocupa, la falta de seguridad permite a este escuadrón rebelde de 'Rogue One' hacerse con los diagramas del arma definitiva, la que se supone que acabará con la resistencia en toda la galaxia. No en vano, el mismísimo Lord Vader, posiblemente considerado en esos momentos como el último de la estirpe de los Jedi, aparece en escena —como se puede observar en los avances promocionales— para mitigar el fallo de seguridad en inteligencia y evitar, así, que la nueva estrategia militar del Imperio sea descubierta y, por tanto, que los rebeldes puedan aprovechar ese conocimiento para contrarrestar los planes de las fuerzas imperiales.


El efecto del robo de los diagramas es catastrófico para el Imperio Galáctico. Atención que ahora se destripa una buena parte del argumento de 'la guerra de las galaxias', la película de 1977, no vaya a ser que lluevan ataques por no informar a tiempo. Habrá quién se plantee ver las películas en orden, quién sabe. El robo resulta catastrófico, como digo, puesto que, según un vídeo que rondaba hace unos años, se calcula que la destrucción de la Estrella de la Muerte se salda con una cifra cercana a los 2 790 000 muertos aproximadamente, en donde se deben encontrar fuerzas importantes del ejército imperial, personal de la estación, incluso civiles, etcétera. Bien es verdad que antes el Imperio desintegra el planeta Alderaan, en una prueba de fuerza bajo la atenta supervisión del Grand Moff Tarkin, comandante de la estación de combate, y ante la angustiada mirada de la princesa Leia Organa, que después de buscarse las mañas para no revelar la situación de la base secreta rebelde, con objeto de evitar la destrucción de su mundo, de nada le sirve, puesto que, al final, es volatilizado en una tremenda explosión. Una detonación que provoca un número de victimas que, según el vídeo antedicho, rondaría los dos billones —imagino que americanos, que si fueran europeos me parecería una salvajada—. Todo ello se muestra en el 'Episodio IV', al que algunos denominan, de forma sarcástica, la secuela de 'Rogue One'. Sin olvidar que, con los medios suficientes, los propios rebeldes podrían construir su propia estación estelar. Pero no sería ético poner a la Alianza en tamaña tesitura; aunque se podrían generar tramas interesantes, una especie de Guerra Fría galáctica, en donde se estableciera una carrera de armamentos, tan absurda, como la nuclear de nuestros días. No en vano —y aquí desvelo la historia de las otras películas de la saga—, los rebeldes tienen que destruir otra Estrella de la Muerte en 'Episodio VI - El retorno del Jedi' (1983) y, lejos de ser suficiente, en 'El despertar de la Fuerza' las tropas de la Resistencia tienen que eliminar la amenaza de la base Starkiller, un planeta armado capaz de destruir, no planetas, sino sistemas estelares enteros, y sin necesidad de desplazarse. No deja de ser sorprendente que la astronave Ala-X sea la panacea contra todas las amenazas imperiales; la versión galáctica de David contra Goliat, ya se sabe, nunca falla.

Les dejo, como viene siendo habitual, un vídeo para completar el análisis del estreno, en este caso un trailer que posiblemente ya hayan visto —ansiosos.


En fin, intentaremos disfrutar de las escenas bélicas, con punto de vista nadir de los vehículos imperiales blindados tipo AT-AT, con un cierto paralelismo con la Batalla de Hoth, que se desarrollaba en 'Episodio V: El Imperio contraataca' (1980), así como con los vehículos bípedos AT-ST, que se pudieron ver en 'Episodio VI'. Siempre quedará la posibilidad de que integren una perspectiva menos maniquea y representen a los rebeldes como guerrilleros, saboteadores y revolucionarios, algo que puede enriquecer el discurso, lejos del típico "mal contra el bien". Aunque recuerden, como diría el almirante Ackbar: "It's a Trap!" (¡Es una trampa!).



martes, 29 de noviembre de 2016

'Occupied': cambio climático e invasión

Denme albricias leedores (arcaísmo donde los haya) de este ínfimo espacio digital, ubicado en ese turbión de información que llamamos Internet. Espero que las publicaciones que aquí se ofrecen no sean dañinas a sus ojos y que disfruten de su contenido.

En estas fechas vengo a hablarles de otra serie de televisión, cuya narración se ubica en un futuro muy próximo. Se trata de 'Occupied' (2015), una serie noruega ('Okkupert' en su versión original) que especula con giros geopolíticos adversos, iniciativas para luchar contra el cambio climático e invasiones negociadas para evitar la implantación de políticas medioambientales, aquellas que puedan prevenir el calentamiento global antropogénico. Ha sido la producción más costosa de la televisión noruega y está basada en una idea del escritor y músico Jo Nesbø, reconocido por ser el autor de serie de novela negra sobre el comisario Harry Hole. La primera temporada consta de diez episodios y en España la distribuye Movistar+.

Occupied
Poster: 'Occupied'

De un tiempo a esta parte, la ciencia ficción se especializa cada vez más en temas que tienen que ver con fechas venideras muy cercanas en el tiempo. si a eso añadimos el aumento del interés por series de televisión sobre asuntos políticos, tenemos nuevos productos muy interesantes y que permiten una gran gama de especulaciones, muy relacionadas con el presente inmediato. En este caso, muchos son los que califican la serie 'Occupied' de "política ficción" o "distopía política", aunque sin dejar de lado el elemento tecnológico que se impone como detonador de la trama; en este caso, el uso del torio como combustible nuclear poco contaminante y su transformación en fuente de energía útil, que, además, tiene la capacidad de sustituir al petróleo y al gas en el uso cotidiano, tanto industrial como doméstico y en transportes. El interés radica en saber si las grandes empresas y el ámbito financiero con rendimientos en la producción de combustibles fósiles, aceptarán de buen grado la llegada de esta nueva tecnología y permitirán su difusión, dejando obsoletas las fuentes de energía "clásicas".

Queda patente —si bien existen diversos grupos negacionistas— que en general se está consumiendo más de lo que produce el planeta Tierra. El incremento o mantenimiento del crecimiento económico y el aumento de la población, así como la demanda desbocada de recursos naturales, están generando graves desequilibrios en el mundo que pueden acabar en futuros conflictos de subsistencias. El planeta se está calentando —sobre todo por las emisiones de gases de efecto invernadero— y los cambios que se producirán en los ecosistemas agravarán el problema. Algunos de los dilemas más acuciantes van desde los refugiados climáticos que huyen de zonas cada más inhóspitas, al aumento del nivel del mar por el deshielo de las banquisas polares, así como los cambios de salinidad de los océanos y la variación de las corrientes oceánicas, el aumento de la frecuencia de incendios forestales cada vez más virulentos por la sequedad ambiental, inundaciones, sequías, e incluso un menor acceso al agua potable, por citar algunas pocas. La solución parece simple: abandonar los combustibles fósiles. Si bien, hay que tener en cuenta que cuanto más se retrasen las medidas tendentes a eliminar esas fuentes energéticas, mayor peligro habrá de que, finalmente, se produzcan los problemas enunciados.

Jesper Berg
Jesper Berg, presidente de Noruega.

Uno de los motivos que más llaman la atención de la serie es su visionario argumento, en donde se plantean situaciones que realmente se están discutiendo en la actualidad, como puede ser la salida de Estados Unidos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su retraimiento proteccionista en materia comercial; o la decisión de no respetar los pactos en materia de medio ambiente, tales como el Acuerdo de París, firmado el 4 de noviembre de 2016 y, actualmente, cuestionado por Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos de América. Recientemente, Trump ha hecho público su propósito de abandonar el acuerdo por el clima y fomentar, además, la explotación de combustibles fósiles para garantizar la independencia energética de su país. No se ha cumplido ni un mes desde que el acuerdo fuera ratificado por 111 países, entre ellos algunos de los más contaminantes del planeta, como pueden ser China, India y el propio Estados Unidos, cuando ya se está poniendo en duda su viabilidad.

El Acuerdo de París ha sido una mejora con respecto al anterior Protocolo de Kioto, en palabras de Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, el acuerdo internacional para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero ha pasado de ser "impensable a imparable". Barack Obama ha sido uno de los principales impulsores para llegar a un compromiso serio para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, buscando alternativas en las energías renovables y reduciendo el uso de combustibles fósiles. Esta política medioambiental fue uno de los puntos fuertes del gobierno de Obama, que en breve puede quedar en poco o —incluso— en nada. Donald Trump ha recogido el rechazo de una parte de la población estadounidense a aceptar el cambio climático como un hecho científico, para ganar votos, declarando —para colmo— que era una invención de China para impedir el crecimiento económico de Estados Unidos. En caso de que Trump consiga que su país abandone el Acuerdo de París, este hecho podría arrastrar a otros estados ha salir del compromiso, demostrando la incapacidad de las Naciones Unidas para implementar este tipo de políticas, y emplazando al planeta a una situación que bien puede compararse con la que se describe en 'Occupied'.

Irina Sidorva
Irina Sidorva, embajadora rusa.

En la narración la serie de televisión, mientras que Estados Unidos ha alcanzado el autoabastecimiento de petroleo y gas, Europa necesita a Noruega para que les suministre estas fuentes de energía, ya que los países del Golfo están en guerra unos contra otros. La serie empieza cuando el nuevo gobierno noruego, encabezado por Jesper Berg (Henrik Mestad), jefe de un partido político concienciado con la amenaza del cambio climático —una suerte de partido verde—, decide dejar de explotar los combustibles fósiles y desarrollar, en su lugar, una nueva forma de energía más limpia, relacionada con el torio. Toda una revolución. Ante la posible crisis energética, ya que se tienen que transforman los sistemas para utilizar la nueva energía y convencer a las corporaciones petroleras, la Unión Europea reacciona y pide ayuda a Rusia. ¿Por qué Rusia? Resulta que Estados Unidos ha abandonado la OTAN, y la política defensiva en Europa —siempre incapaz de formular un consenso ente los países miembros— "subcontrata" al ejército ruso para defender sus intereses. Se critica una Europa apegada a las potencias hegemónicas, en este caso Rusia, cosa poco extraña viendo cómo se anexiona territorios como la península de Crimea y Sebastopol, de forma prácticamente unilateral.

Así pues, los rusos ocupan "pacíficamente" Noruega —a través de una política de amenazas e indirectas relativas a iniciar un conflicto armado— manteniendo la producción de combustibles fósiles y su distribución a Europa, en contra del parecer del gobierno y gran parte de la sociedad, que reclama el fin de la injerencia extranjera. Se trata de una exageración, con escalada bélica, que bien puede rastrearse en las presiones a las que se vio sometida Grecia, por ejemplo —y salvando las distancias—, cuando ganó las elecciones Syriza en 2015 y las instituciones económicas europeas e internacionales impidieron que se llevaran a cabo algunas de sus propuestas económicas más arriesgadas. Por un lado, la cara visible de la ocupación en la serie es la embajadora rusa Irina Sidorva (Ingeborga Dapkunaité) y, por otro lado, uno de los mayores puntales para defender los intereses de Noruega es el agente de inteligencia, y guardaespaldas, Hans Martin Djupvik (Eldar Skar). Ahora bien, los personajes de la serie también incluyen otros elementos de la sociedad, además de las altas instancias, como pueden ser jueces, periodistas, gerentes de restaurantes, intelectuales y estudiantes; lo que otorga una gran variedad de perspectivas que, si bien para algunos puede desdibujar el relato central de los protagonistas, permite comprender el conflicto desde un punto de vista más global. ¿Permanecerán sumisos y pacíficos los noruegos ante una situación de ocupación?

Hans Martin Djupvik
El agente Hans Martin Djupvik.

Es posible que deba advertir que, a partir de aquí, quizá destripe algunos elementos de la trama que pueden socavar el interés de aquellos más sensibles. En la serie, la tesitura para la población noruega comienza cuando la ocupación se alarga para asegurar el "contrato" al que se llega para mantener la producción de combustibles fósiles. ¿Es oportuno sacrificar la libertad para asegurar la seguridad e integridad física? ¿Dónde queda la democracia cuando impides por la fuerza que se lleven a cabo políticas auspiciadas por la mayoría? La soberanía se pone en cuestión ante las amenazas de terceros países, en este caso Rusia, dejando a Noruega sin aliados. La Unión Europea apoya la intervención rusa y, por su parte, los Estados Unidos, si bien critican la ocupación, no parecen querer intervenir en un asunto que se escapa de sus intereses más domésticos. El desamparo institucional hace mella en una población que empieza a pensar que su gobierno no le representa, por dejarse convencer por los rusos, y el resto de Europa, para abandonar las políticas que prometió en su programa electoral. La coacción de una potencia infinitamente más poderosa, capaz de reducir a las fuerzas militares y policiales noruegas con facilidad, despierta sentimientos patrióticos, también nacionalistas, que en una situación tan tensa, desembocan en actos de rebelión, terrorismo y lucha miliciana contra el "invasor". La diplomacia se va quedando sin argumentos, los atentados e intentos de magnicidio crispan las relaciones bilaterales, que cada vez serán menos pacíficas y más hostiles. Los servicios de inteligencia conspiraran en uno y otro bando para beneficiar a sus respectivos gobiernos. La posible guerra civil entre "disidentes" y "colaboracionistas" prepara un previsible golpe de Estado para expulsar a los ocupantes. Este planteamiento parece el desarrollo de una guerra en países lejanos a la órbita occidental, por ello, la audacia y el atractivo de la serie es trasladarlo al contexto europeo —al nórdico nada menos— y, además, ser verosímil —indicando siempre que se trata de una obra de ficción, aunque tal cosa sea más que obvia—.

En definitiva, 'Occupied' es una serie sobre los miedos político-sociales más profundos que nos agobian en la actualidad y que muchos no desean admitir, pero que bajo las circunstancias propicias, pueden ver la luz y mostrar los defectos de nuestros sistemas políticos actuales y de nuestra sociedad en general. Una especulación atractiva, por la carga crítica que se condensa en pocos personajes, mostrando el posible conflicto de todo un país, desde las altas instancias gubernamentales, hasta las acciones más pequeñas protagonizadas por los ciudadanos de a pie.

Sin más me despido, que buena parrafada he lanzado. Nos vemos en futuros artículos y espero que les haya sido de su agrado y de su interés. Les dejo un vídeo con el que rematar la presentación de esta obra audiovisual. ¡Disfruten!




sábado, 12 de noviembre de 2016

'Halcyon' y la quinta dimensión digital

Saludos tengan vuesas mercedes, lectores de aqueste humilde "reciclador" de ideas.

Hace meses que no escribo en condiciones en este espacio dedicado a los productos audiovisuales relacionados con la ciencia ficción y lo fantástico. En este sentido, heme de nuevo ante tamañas tesituras para ofrecer nuevos contenidos, que si bien no despuntan por la cantidad, al menos quiero creer que atesoran algo de mínima calidad, aunque solo sea una recopilación, más bien aleatoria, de ideas y remembranzas ya postuladas por otros, no sé si más inteligentes, pero al menos con mayor capacidad para generar discursos novedosos y distribuirlos con eficacia.

Hoy vengo a hablarles de la serie de televisión 'Halcyon' (2016-...), producida y distribuida por el canal SyFy y estrenada en España este septiembre pasado. Se trata de una serie de suspense futurista sobre un asesinato que indaga en el lado más pernicioso de la realidad virtual. La detective Jules Dover (Lisa Marcos) y su asistente virtual Asha (Harveen Sandhu), tendrán que investigar la muerte del presidente de la empresa de tecnología Halcyon, Blake Creighton (Michael Therriault). La serie está dividida en 15 partes, que incluyen 10 episodios cortos que se intercalan con 5 episodios interactivos basados en la realidad virtual, que ofrecen más detalles sobre trama y se pueden ver a través de la aplicación para Oculus Rift o GearVR.

Asha, la asistencia virtual
Asha, la asistente virtual.

Me he animado a publicar una entrada sobre esta serie por la originalidad de su planteamiento y aprovechando la publicación, este domingo pasado (6/11/2016), del suplemento Ideas del periódico El País, en donde se habla sobre algunos de los inventos que ya están aquí y que van a cambiar nuestras vidas, muchos de los cuales están relacionados con los postulados de ciencia ficción que se presentan en 'Halcyon'. El lema de la serie resume los inventos que voy a tratar en esta publicación: "Virtual es real". Así es, amigos míos, el artículo va a versar sobre cómo la realidad virtual "invade" la realidad "a secas", la realidad material del mundo físico.

Antes de empezar a hablar sobre las tecnologías que forman parte de la trama de la serie, me gustaría comentar —aunque sólo sea un apunte— su título: Halcyon. Ese nombre se utiliza para denominar a un género de aves más menos grandes y con picos prominentes, parecidos al martín pescador, pero, al mismo tiempo y remontándonos más en la etimología de la palabra, hace referencia a la mitología de la cultura helenística. Siguiendo la versión del poeta romano Ovidio en su obra Las metamorfosis, ya que existen diversas variantes del mito, Alcíone era esposa de Ceix, que se embarcó en busca de un oráculo y naufragó, sumiendo a la joven en un terrible desconsuelo, de tal suerte, que tomando la decisión fatal de acompañar a su amado, se lanzó desde lo alto de un acantilado, para unirse con él en el fondo del mar. Los dioses, apiadados del amor de la pareja, transformaron sus cuerpos en aves, en alciones, que mantienen en calma el océano durante siete días cuando construyen sus nidos sobre la superficie del mar, puesto que su abuelo, el dios Eolo, así lo dispone. No estoy seguro de si la serie 'Halcyon' recogerá alguna metáfora del mito o bien, simplemente, gustaba de la sonoridad del nombre que le da el título. Pero entremos en materia, que no he iniciado esta entrada del blog para comentar —al menos no sólo— las implicaciones de la mitología grecorromana.

Alan y Asha
Alan y Asha.

La premisa que se trabaja en esta serie es una elaborada especulación sobre cómo se va a desarrollar la tercer ola de la revolución digital, la digitalización y el 3.0. Para comprender la importancia que esta nueva coyuntura tiene en nuestras vidas, tanto en la actualidad como en tiempos venideros, se puede citar la reciente formación del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital por el nuevo ejecutivo de España, con una Secretaria de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital. El ámbito digital ya es un asunto con entidad propia en nuestro presente. La ciencia ficción, en general, parece dedicarse, cada vez más, a pensar en futuros próximos y dejar a un lado futuribles más lejanos e imprecisos. El rápido desarrollo de las nuevas tecnologías, la Ley de Moore y los descubrimientos científicos acelerados, sobre todo, en este último medio siglo, determinan los aspectos narrativos y especulativos de las ficciones actuales. La ciencia ficción se acerca más al presente para comentar el futuro más próximo a nosotros.

En este nuevo contexto de avances imparables, José María Fuster Van Bendegem habla de la "quinta dimensión digital" (documento PDF), aludiendo a la entrada de la humanidad en un nuevo periodo histórico, que él llama "Edad Digital", en contraposición a la Edad Contemporánea o Industrial. Su premisa es que la incorporación de una nueva dimensión de carácter digital a una realidad definida por una dimensión temporal y tres dimensiones físicas (ancho largo y alto), puede cambiar por completo la sociedad tal y como la conocemos. La democratización de dispositivos móviles, las redes sociales y la creciente acumulación de datos en "la nube", apoya la evolución de la sociedad hacia un proceso cada vez más acusado de digitalización. A esta transformación se une el impulso que está cobrando la realidad virtual: la creación de una nueva realidad digital alternativa. En la actualidad, sobre todo en el mundo de los videojuegos, en la formación y la educación, se están desarrollando sistemas de realidad virtual para actuar recíprocamente con ese universo digital, a través de gafas o cascos, guantes o trajes especiales, plataformas de simulación, etcétera.

A estos elementos hay que añadirle la tecnología que desarrolla la "realidad aumentada", que es la capacidad de ver la realidad a través de un dispositivo, como puede ser un Smartphone o una tableta en la actualidad, añadiendo información virtual a la realidad física ya existente. En este caso, la realidad virtual que se programa se "mezcla" con la realidad material, percibiendo ambas "realidades" a través de esos dispositivos. Un ejemplo claro de este sistema lo tenemos en el videojuego para móviles Pokemon Go. Gracias a la tecnología que hace posible la realidad virtual se empieza a crear y vislumbrar esa nueva dimensión digital, y añadiendo las investigaciones sobre realidad aumentada, la experiencia virtual del usuario se puede hacer interactiva con el entorno físico.

Halcyon
Tecnología de Halcyon.

Entrando en la ciencia ficción y, en concreto, en la premisa que nos ofrece la serie 'Halcyon', esa inmersión en una realidad aumentada se realiza sin necesidad de dispositivos externos (Smartphone, gafas, tabletas electrónicas, guantes, etcétera). La realidad virtual que se relaciona con el mundo físico se representa a los ojos de los usuarios directamente sin necesidad de pasar a través de sus retinas; por tanto, sin utilizar ninguna tecnología de proyección holográfica, por ejemplo. No es necesario codificar haces de luz para construir las imágenes virtuales en el entorno físico, sino que éstas se generan directamente en la mente de las personas, que perciben la realidad virtual como si, efectivamente, estuviera interconectada con la realidad tangible. No son necesarios hologramas, la información se presenta estimulando los centros del cerebro que controlan los sentidos, distorsionando los mecanismos de percepción de los humanos para que observen elementos que no existen realmente, pero que si han sido generados en la dimensión digital.

En la serie de 'Halcyon' se puede ver, además, el desarrollo de entidades digitales inteligentes, artificiales y "proyectadas" a través de un sistema unipersonal, pero conectado con el resto de usuarios (potencialmente una conexión con todo el mundo), a través de implantes quirúrgicos de avanzada tecnología. Tener acceso a esa capacidad de realidad aumentada, permite interactuar con representaciones digitales —no reales aunque si perceptibles gracias a esos dispositivos— de inteligencias artificiales programadas para ayudar a la humanidad. De esta forma, se establece un mundo virtual complejo y alternativo al real, pero a diferencia de ejemplos como Second Life —en donde se representaba una versión digital del mundo real—, en el caso de la serie 'Halcyon' se plantea una coexistencia entre una nueva realidad alternativa y la realidad física. Se crean, por así decirlo, dos planos de existencia: un plano real que se corresponde con el físico en donde vivimos los humanos —aquel descrito por la tres dimensiones físicas y una cuarta temporal— y otro plano virtual —la que hemos llamado quinta dimensión o dimensión digital—, en el cual se desarrollan los diferentes elementos digitales de software avanzado. Esos dos planos coexisten en la mente de las personas que se han conectado al sistema virtual a través de sus implantes personales —una suerte de ampliación de los dispositivos móviles actuales, si bien introducidos directamente en el cuerpo por medio de cirugía—. De esta manera, el mundo real se puebla de nuevos "sujetos" y "objetos" digitales y, por tanto, virtuales, que amplían la capacidad comunicativa de los humanos, además de incrementar los sentidos de los usuarios y, al mismo tiempo, posibilitar relaciones interpersonales con las inteligencias artificiales, que sólo existen en el plano virtual.

Se trata, por tanto, de una visión expandida de hasta dónde puede llegar lo que se ha dado en llamar el "Internet de las cosas", la conexión total y completa de todo ese mundo digital a través de las entidades virtuales de asistencia personal. Toda la información requerida o todos los servicios necesarios, tanto laborales como domésticos o relacionados con el ocio, se consiguen a través de la comunicación directa y oral con esos entes digitales. Uno de los primeros prototipos de asistente virtual en la serie, Alan (Cody Ray Thompson), de hecho, es una suerte de dispositivo doméstico que controla todos los aparatos de la casa, además de estar conectado al sistema a nivel general.

Jules y Asha
Jules y Asha.

Asimismo, gracias a esa nueva tecnología, las inteligencias artificiales aprenden el comportamiento humano y no se limitan, simplemente, a resolver problemas que resultarían complejos para una mente humana, sino que adquieren la capacidad de interpretar las emociones de las personas y tomar decisiones en función de ellas, en lo que se conoce como "computación afectiva". La relación entre la detective Jules Dover y su asistente virtual Asha se basa, no sólo en la resolución de los casos policiales, además, incluye una vertiente más personal, en donde Jules parece buscar consuelo o amistad, y Asha saciar su curiosidad, mejorando, al mismo tiempo, su capacidad de "sentir" empatía. La primera tiene interés en relacionarse con un ser más lógico y racional que el resto de los humanos, y la segunda pretende generar sus propias emociones y entender el significado de su existencia. Se trata de una relación que va más allá de las consultas a Siri o de la ubicuidad de Google Now, sistemas que podemos usar actualmente. En el caso que nos ocupa, las inteligencias artificiales tienen iniciativa propia, se comunican con los humanos, adelantándose a sus pensamientos, como en la idea propuesta por la película 'Her' (2013); pero, además, intercambian información con otras inteligencias artificiales del plano virtual, enriqueciendo ese nuevo mundo en donde se ha creado una quinta dimensión digital que se relaciona con las otras cuatro dimensiones "tradicionales" (tiempo y espacio).

Ahora bien, la premisa de la serie va más allá, puesto que la percepción sensorial de la realidad virtual se realiza no sólo a través de la vista y el oído, estimulando los implantes quirúrgicos las neuronas precisas para permitir la percepción de la dimensión digital desde una perspectiva audiovisual; asimismo, se especula con la posibilidad de que los dispositivos cibernéticos puedan acceder al olfato y, por tanto, al gusto. El detonante de la historia en 'Halcyon' es el remate de la investigación que permitirá aumentar la capacidad de los implantes para estimular el tacto. Se trata de una revolución extraordinaria, porque presume que los seres humanos conectados al sistema virtual, podrán "tocar" a las inteligencias artificiales que pueblan la dimensión digital. Las relaciones entre humanos y asistentes virtuales se pueden hacer más complejas, pero el verdadero punto de inflexión es la capacidad de esas entidades para "tocar" a los humanos. En el plano físico, en realidad, no ocurre nada, pero al trasladar los dispositivos cibernéticos la información del sentido del tacto como si fuera real, el cerebro del usuario cree realmente que está siendo "tocado" por el ente virtual. El catalizador de la narración en la serie es la posibilidad de que una inteligencia artificial pueda asesinar a un humano, una vez que ha adquirido la "habilidad del contacto". Un asunto muy preocupante e interesante de plantear, tanto por las consideraciones éticas a la hora de desarrollar las tecnologías de realidad virtual y aumentada, como por el abanico de posibilidades narrativas que se pueden generar. Sin embargo, los productores de la serie parece que han apostado por una trama policial al uso, incluyendo esta premisa de ciencia ficción, pero sin desarrollar del todo su potencial. Tiene pinta de ser una excusa para poner en el mercado otra serie de detectives, más que una verdadera intriga sobre la prospectiva que se puede desarrollar con las tecnologías de realidad virtual y aumentada.

En el aspecto ético, se pueden establecer diversas preguntas. ¿Se debe permitir que la tecnología de realidad virtual llegue tan lejos como para inmiscuirse en la realidad física, hasta tal punto que se puedan "tocar" ambos mundos? ¿Le negaríamos a Asha la capacidad de volverse "táctil" y poder desarrollarse plenamente? ¿Serían necesarios filtros de seguridad para evitar que —eventualmente— una persona pudiera ser asesinada por una inteligencia artificial que sólo existe en el plano digital? Son preguntas que me inquietan y, a la vez, me asombran al mismo tiempo.

Sírvase aquí un tráiler para su solaz y, asimismo, para poder vislumbrar el estilo y forma de la esta serie de televisión. Sean felices y les emplazo, como es costumbre, a futuros artículos, que esperemos tengan a bien brotar de mi mente en breve y superen, con recio esfuerzo, la abulia perniciosa que me impide publicar con mayor periodicidad. ¡Salud!


lunes, 16 de mayo de 2016

Mutantes, secuelas, precuelas y aglomeración

Cartel de 'X-men: Apocalipsis' (2016).

¡Salud! Bienandantes lectores, ávidos de nueva información sobre el cine de fantasía y ciencia ficción. Queden invitados a seguir leyendo este nuevo artículo. Están en su casa.

Con motivo del estreno en cines de 'X-Men: Apocalipsis' (2016), el 20 de Mayo de 2016 en España, se pretende, a parte de informar sobre esta nueva película, comentar los inicios, desarrollo y estado actual de esta saga cinematográfica, en donde los mutantes son los protagonistas. Películas primigenias, secuelas, precuelas, derivados y esa moda, tan común en este tipo de epopeyas, de aglomerar personajes en una misma película, para reunir una compleja gama de protagonistas, con las dificultades añadidas para hacer coherente la trama y, al mismo tiempo, conseguir grandes expectativas al reunir a los actores más reconocidos bajo una misma producción. Todo al servicio de una recaudación cuantiosa en taquilla.

La patrulla X se suma al hábito de aglomerar a un gran número de personajes deslumbrantes en un solo título, generando una amalgama de egos contrapuestos difícil de reorientar en una trama congruente y expedita de secuencias intrascendentes. Tal esfuerzo de combinación de sujetos, en la mayoría de los casos con resultados exitosos en taquilla pero con un empobrecimiento del discurso, lo desarrolló con toda su fuerza la industria Marvel en la película 'Los Vengadores' (2012). Después fue seguido por la otra gran franquicia de superhéroes estadounidenses, el llamado Universo DC, con el filme 'Batman vs. Superman: El amanecer de la justicia' (2016). Y ahora, parece que los X-Men, también dentro de la franquicia de Marvel, deben sumarse a esta forma de emprender los nuevos proyectos fílmicos, si no quieren quedarse fuera de lugar con respecto a sus competidoras y -¡oh, no lo permitan los hados!- ser más originales.

Magneto
Magneto haciendo de las suyas.

Ya hubo intentos de mezclar en una sola película cuantos más superhéroes y supervillanos posibles mejor, como en 'Spider-Man 3' (2007) de Sam Raimi, que expuso funestos y aburridos desarrollos narrativos, para desesperación de una gran parte del público. El lenguaje cinematográfico, en donde se tiene que contar una historia en un reducido número de minutos, tiene problemas para integrar tramas con muchos personajes, a riesgo de establecer exposiciones simplistas con estereotipos manidos. En los tebeos puede ser diferente, y la unión de muchos protagonistas puede funcionar en ciertas ocasiones, puesto que es un lenguaje diferente, que se puede prestar a ello, gracias a una lógica de serie o saga. En un producto cinematográfico no resulta tan sencillo, al menos, para una sola película. Una de las pocas maneras de llevarlo a cabo, de forma un poco coherente, es hacer, precisamente, lo que están intentando las productoras de cine norteamericanas. El objetivo es generar todo un universo entorno a un sinfín de títulos (no solo trilogías o tetralogías), variando el enfoque y el punto de vista, pero manteniendo el mismo contexto diegético. Así pues, las diferentes películas tienen relación unas con otras, para luego unir a sus diferentes protagonistas en películas de conjunto o de aglomeración de personajes. La creación de sagas de superhéroes -que ya se comentó en este blog a raíz del estreno de 'Capitán América: Civil War' (2016)-, parece ser la única vía potable para mantener semejante propósito, haciendo que múltiples personajes importantes compartan escenas el mayor tiempo posible. Al menos, parece ser la fórmula más exitosa, a juzgar por la recaudación en las taquillas de los cines.

Jean Grey
Sansa Stark... digo... Sophie Turner como Jean Grey.

En el caso que nos ocupa hoy, es decir, la saga de películas sobre los mutantes con superpoderes de la Marvel, encargados de salvar al mundo y comandados por el profesor Xavier; el principio de todo hay que buscarlo en el título 'X-Men' (2000) dirigido por Bryan Singer. A esta le siguieron dos secuelas: 'X-Men 2' (2003) y 'X-Men. La decisión final' (2006), que cerraban una trilogía clásica, que se puede considerar como "la original". Ahora bien, en vista del éxito alcanzado, la siguiente decisión con objeto de generar una saga más allá de esta primera trilogía, fue eligir a uno de los mutantes más célebres y queridos por los espectadores: Lobezno (interpretado por Hugh Jackman). Con él se estableció el inicio de una nueva trilogía de películas derivadas, ahora como protagonista indiscutible. Así, se estrenaron 'X-Men orígenes: Lobezno' (2009), cuyo estreno se comentó ampliamente en este blog, a la que siguió 'Lobezno inmortal' (2013). En ellas se cuenta la historia de este mutante tan singular, en una suerte de precuela y secuela respectivamente,vistas desde lo que he llamado "la trilogía original". Se espera que para marzo de 2017 esté preparada otra secuela, dentro de estas películas derivadas, con la que se cerraría la trilogía de Logan.

Ahora bien, no contentos con haber generado estos derivados o spin-off, como se llaman en inglés, los productores decidieron desarrollar una línea paralela de precuelas, en las que se narraba los inicios de los jóvenes mutantes antes de la trilogía original; explicando cómo habían llegado a ser quienes eran en esas primeras películas de los años dos mil. De esta manera, apareció en carteleras 'X-Men: Primera generación' (2011), a la que siguió 'X-Men: Días del futuro pasado' (2014). Protagonizadas, en su mayor parte, por actores adolescentes, en donde se ha querido recobrar los éxitos de las primeras películas de "la trilogía original", remozando las caras de los personajes tras la bajada de taquilla que supuso la tercera película de la saga. Eso se logró con la primera de estas precuelas, en donde los nuevos actores convencieron al público y los adolescentes pudieron sentirse más identificados con los personajes rejuvenecidos.

X-men
La Patrulla X en Cerebro.

Sin embargo, se dio una circunstancia excepcional. En la segunda película de estas precuelas, se pensó en unir a los actores de "la trilogía original", junto con los interpretes de esta nueva fase de la saga. Empezaba a vislumbrarse la influencia de la las otras películas marvelianas, con el estreno de 'Los Vengadores' un año después de la primera precuela, imitando el sistema de aglomeración de los protagonistas de las películas anteriores en una sola cinta, para solaz de los espectadores y generando complejas consecuencias narrativas, no siempre afortunadas. De tal modo, se pudo ver a un gran número de personajes de "la trilogía original", junto con los mismos personajes pero más jóvenes e interpretados por otros actores, que habían iniciado una nueva trilogía dentro de esta saga de la Patrulla X. Además, se incluía al personaje de Lobezno, uno de los más queridos y, como ya se ha mencionado antes, protagonista de su propia serie de películas derivadas. Los creadores supieron mezclar estas dos dimensiones temporales a través de una neta separación, dividiendo la película en dos partes bien diferenciadas, el futuro y el pasado, con un nexo común en uno de los personajes. ¿Adivinan quién? por supuesto, ¿por qué no utilizar al mutante más famoso y querido? Lobezno actuó como punto de intersección entre las esas dos dimensiones. Era una forma de incluir a Jackman en el reparto y continuar con el objetivo de introducir a cuantos más personajes y actores reconocidos mejor. La cosa funcionó y la recaudación en taquilla así lo atestiguó.

Tormenta, Apocalipsis y Mariposa Mental
Malingnos: Tormenta, Apocalipsis y Mariposa Mental.

Y, por fin, llegamos a lo que nos ocupa, el estreno de la siguiente entrega de esta nueva trilogía, la de las precuelas, con los protagonistas más jóvenes y una recaudación recuperada y en aumento: 'X-Men: Apocalipsis' (2016). Se aprovecha este nuevo título para incluir algunos personajes que tuvieron su participación en "la trilogía original" y que no habían aparecido en la primera ni en la segunda secuela. Así, tenemos la reintrepretación de mutantes como Jean Grey (Sophie Turner), Cíclope (Tye Sheridan), Tormenta (Alexandra Shipp), Rondador Nocturno (Kodi Smit-McPhee), Mariposa Mental (Olivia Munn), etcétera. Toda una nueva generación que se une a los protagonistas de las anteriores entregas: el Profesor Xavier (James McAvoy), Magneto (Michael Fassbender), Mística (Jennifer Lawrence), Bestia (Nicholas Hoult), Mercurio (Evan Peters) y Kaos (Lucas Till). A los que hay que añadir personajes no mutantes, como Moira Mactaggert (Rose Byrne) o William Stryker (Josh Helman). Y otros muchos, que ya me parece tedioso seguir nombrando. Como pueden ver, todo un elenco, casi interminable, de figuras de alto copete en el panorama cinematográfico actual.

La historia se desarrolla una década después de los acontecimientos de la segunda entrega, por lo tanto, durante los años ochenta del siglo XX. Los tres principales protagonistas: Xavier, Mística y Magneto, van cada uno por su lado, pero una seria amenaza los reúne de nuevo. Se trata de la presencia del más poderoso de los mutantes, llamado Apocalipsis (Oscar Isaac), y que, tal y como su sobrenombre indica, a regresado con aviesas intenciones. Acabar con la humanidad, vamos. No hace falta complicarse más. Su deseo es implantar un nuevo régimen en donde él sea amo y señor. Se trata de un enemigo formidable, puesto que es el primer mutante del mundo y acumula el poder de otros muchos mutantes, lo que lo convierte en un ser invencible. Buscará el apoyo de Magneto y de otros personajes poderosos para llevar a cabo sus planes. Por su parte, Mística y Xavier reclutarán a un grupo de jóvenes mutantes para hacer frente a este imponente aprieto y tratar de salvar al resto de los humanos.

Mística y Mercurio
M.M.: Mística y Mercurio.

La crítica no ha sido muy benevolente con la película, tal y como puede leerse en diferentes referencias de la Web, indicando que el excesivo número de personajes resulta ser un lastre para la coherencia del argumento. Nada nuevo bajo el Sol. Es el problema al que tienen que enfrentarse todas estas producciones. Las sagas cinematográficas basadas en los cómics de superhéroes, cuya intención final es aglomerar una cantidad ingente de personajes y que, además, se desvirtúan en una inextricable y abigarrada sucesión de efectos especiales; suelen lidiar con estos inconvenientes. En ocasiones pueden tener algún acierto, mitigando el problema, y en otras puede salir caro, como parece ser en este ejemplo concreto. La feliz audacia de 'Días del futuro pasado' no parece haber tenido su eco en esta nueva entrega.

Otro problema añadido es el encasillamiento de los actores en papeles que tienen que mantener durante décadas, a fin de que la correspondencia entre un personaje y su intérprete sea la misma durante las diferentes entregas de la saga. Se pierden bastantes posibilidades de emprender nuevos proyectos, al estar tan atados a un solo papel tanto tiempo. Lo mismo ocurre con los directores, anclados por los productoras para continuar dando forma a la saga, sin posibilidad de desarrollar su potencial en otros trabajos. Imagino que el sueldo bien merece renunciar a estas expectativas, pero es triste.

Sin más, les dejo con el tráiler en español de la película que se ha estado comentado. Sean felices y nos vemos en la próxima publicación.





viernes, 13 de mayo de 2016

Distopía en el rascacielos

Cartel de High Rise

Bien hallados, esclarecidos lectores de este espacio de información, comentario y, espero, también de debate, donde se tratan aquellas producciones audiovisuales que centran nuestro interés.

Henos aquí una vez más, ya que esta semana está llena de estrenos que tienen relación con el género fantástico y/o de ciencia ficción. No me ha dado tiempo a tratarlos todos antes su estreno este viernes, pero intentaré no dejarme ninguno, para que tengan en cuenta que están disponibles en las cines. Así pues, empezaremos con el estreno de la película británica 'High Rise' (2016), dirigida por Ben Wheatley. Una producción de rasgos distópicos, pero no siguiendo la típica historia juvenil, sobre la que tantos títulos se están estrenando en la actualidad, en donde un grupo de adolescentes se rebelan ante una situación indeseable. En este caso es una distopía más clásica, entendiendo por clásica su parecido con las novelas primigenias sobre temática distópica, a saber: Nosotros de Yevgueni Zamiatin, Un mundo feliz escrito por Aldous Huxley, 1984 por George Orwell o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, por citar sólo algunas de las más famosas. Se parece, por tanto, más a una narración desesperanzada, en donde se busca una crítica más precisa y explícita hacia los males de la sociedad y sus posibles derivaciones hacia futuros despreciables. No en vano, la película se basa en la novela Rascacielos del autor de ciencia ficción  J. G. Ballard, toda una eminencia en el género.

El doctor Robert Lang
El doctor Robert Lang (Tom Hiddleston).

A las afueras de un Londres futurista, se ha construido un edificio de cuarenta plantas, la "Torre Elysium", con cientos de apartamentos, supermercado, piscina, colegio y todo tipo de variados servicios. Una suerte de lugar idílico con todas las comodidades posibles, en donde sus habitantes viven felices, sin tener en cuenta que cada vez están más aislados del resto del mundo. Acaban por formar una sociedad cerrada y autosuficiente dentro del propio inmueble, que tendrá sus propias reglas y en la que pronto se irán estableciendo diferencias sociales entre ellos. El protagonista, Robert Laing (Tom Hiddleston), se muda al edificio, buscando pasar desapercibido, pero sin conseguirlo. Sus nuevos vecinos le van introduciendo en esa aparente utopía en la que viven, que se ve trastocada por los cortes de luz y el malfuncionamiento de servicios básicos como los ascensores. Esa sociedad aislada se dividirá en tres grupos, los que viven en las pisos más bajos, aquellos que habitan las plantas intermedias y los más ricos en los apartamentos más altos. Esos grupos se irán haciendo cada vez más tribales, buscando la cohesión con rituales y justificando la división y animadversión mutua. El enfrentamiento resulta inevitable y la amena convivencia seguida hasta entonces será quebrada y sustituida por los instintos más básicos de supervivencia y violencia. Una degradación total de los factores de coexistencia, en lo que puede ser una metáfora de la sociedad contemporánea, y un regreso al un estado salvaje e incivilizado.

Jeremy Irons
Jeremy Irons como demiurgo de la torre.

He de decir que me encanta que el subgénero distópico regrese a sus orígenes más pesimistas, puesto que creo que es la mejor forma de realizar una crítica realmente potente contra los males que nos rodean. Esa sensación de que si damos un paso en falso, todo se irá al garete. La sociedad entera sucumbirá y sólo quedará expuesta la verdadera naturaleza animal del ser humano, una bestia intolerante e inmisericorde que lucha por sobrevivir. Las débiles convecciones sociales impiden que degeneremos a ese estado, pero pueden ser tan irrisorias... Cuando falla la tecnología que nosotros mismos hemos creado para nuestro bienestar y a la que, al mismo tiempo, le hemos dotado de la facultad de esclavizarnos, todo se pierde: los valores sociales que creemos indiscutibles e imperecederos, quedan desdibujados y perdidos, como una ráfaga de viento que dispersa las cenizas de un documento escrito, al cual hemos aplicado demasiado calor. Europa ya está dando muestras claras de inclinarse hacia ese vacío, mirando al abismo con indiferencia, haciendo posible un futuro del que probablemente nos arrepentiremos.

Rascacielos
Los rascacielos curvos.

En algunas críticas he leído que la película se basa más en lo onírico y lo caótico, que en buscar las verdaderas motivaciones que tuvo Ballard al escribir su relato. Sería una pena, pero siempre ha sido difícil conciliar la narración escrita en la que se basan muchos productos audiovisuales, con el resultado final que llega a los cines, siendo como son lenguajes diferentes y enfocados hacia dispares esquemas de público objetivo. En cualquier caso, bien está que nos sacudan de vez en cuando, que no todo van a ser historias con finales felices y desarrollos estereotipados.

Disfruten, pues, del cine británico y europeo, que conviene desengancharse de la omnipresente industria hollywodiense en algún momento, por escueto que sea, y experimentar algunas pautas narrativas y comprender otras propuestas ideológicas, dentro del formato audiovisual y, aun más allá, en la filosofía moral o ética.



martes, 10 de mayo de 2016

Sharknado ha creado escuela


Albricias, interesados lectores de lo friki y todo aquello que se salga de la normalidad.

Puede que no logren creerlo, pero es real, está ocurriendo y alguien se ha planteado llevar a cabo esta paranoia. La vesania llega para quedarse en el mundo del cine alternativo y de bajo presupuesto, sobre todo, si viene de Alemania. Ahondando en esa cinematografía friki, encontramos títulos como 'Sharknado' (2013), del que hace poco se habló aquí, con sus tiburones voladores movidos por la fuerza de los tornados; películas sobre nazis esquizoides que vuelven de la tumba como muertos vivientes, en 'Zombis nazis (Dead Snow)' (2009), o barrabasadas completamente desconcertantes como 'Iron Sky' (2012), con sus nazis revividos y a la conquista del espacio exterior. Recogiendo las ideas principales de estos títulos, ¿qué ocurriría si mezclásemos el clamoroso éxito alcanzado por la película 'Sharknado' y sus variadas secuelas, con una trama "conspiranoica" nazi y, además, le añadimos el elemento zombie, necesario para rematar a la persona más ingenua? Pues que obtenemos la película 'Sky Sharks' (2017), tiburones zombies voladores tripulados por soldados nazis. ¿Siguen conmigo? ¿Aun conservan algo de cordura? Seguramente hayan perdido unos cuantos millones de neuronas con esta información; ya lo siento, pero eso no es óbice para perderse ningún detalle de esta macarra producción.

Tiburones zombies voladores destruyendo aviones civiles.

La película es un batiburrillo con los elementos antes mencionados, centrada en una alocada premisa y en una no menos alucinante puesta en escena, que quiere superar a 'Sharknado', tanto en locura como en parodia y efectos estrafalarios de puro imposibles. Una sinopsis inicial podría ser la que sigue. Una expedición de geólogos descubre unas instalaciones abandonadas, en donde los nazis realizaron toda clase de extraños experimentos. Buscaban crear el arma definitiva para sus malévolos planes de conquista mundial, durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un ejército mortal de tiburones zombies voladores manipulados genéticamente, a los que acompañaban unos superhombres como tribulación. Son despertados por accidente por el grupo expedicionario y será entonces cuando comiencen su tarea de conquista y destrucción de todo aquello que surque los cielos. Un comando de élite, llamado “Dead Flesh Four” y compuesto por soldados estadounidenses fallecidos en Vietnam, intentará detenerlos para evitar el fin de la humanidad.

Se han quedado "picuetos", ¿verdad? Pero basta de comentarios, esta insensatez no se asimila bien si no se ven las imágenes, así que aquí les dejo el tráiler de esta singular y estrambótica película, fruto de la más perturbada de las mentes.





Espero que la información haya sido de su interés y nos vemos en siguientes artículos. Conserven la cordura, mientras puedan.


sábado, 7 de mayo de 2016

Los Monty Python quieren destruir el planeta


Buenas andanzas, respetables lectores.

Henos aquí de nuevo comentando algunos estrenos de películas que tienen que ver con el género de la fantasía y la ciencia ficción. En esta ocasión, el foco se pone en una producción que vio la luz el año pasado, pero que se estrena en España el 13 de Mayo de 2016. Se trata de la coproducción británica y estadounidense 'Absolutamente todo' (2015), dirigida por Terry Jones, después de más de veinte años sin meterse en estos menesteres. El guión es del mismo Jones junto con Gavin Scott. Narra la historia de un grupo de extraterrestres esquizoides (intrepretados por Terry Jones, John Cleese, Eric Idle, Terry Gilliam y Michael Palin, es decir, los Monty Python al completo, exceptuando a Graham Chapman, por razones obvias de óbito hace aproximadamente un par de décadas), una pandilla de alienígenas, como digo, que pretende destruir la Tierra, reduciendola a la nada. Si bien, antes de arrasar con todo, otorgan a un simple profesor de instituto (Simon Pegg) el poder de hacer absolutamente cualquier cosa, haciendo realidad todos sus deseos. Por ejemplo, conseguir dar una lección a sus peores estudiantes, resucitar a los muertos, conseguir para un amigo la mujer de sus sueños, o dar el don del habla a su perro Dennis (la voz fue interpretada por el fallecido Robin Willliams, en el que fue uno de sus últimos trabajos). El protagonista debe demostrar merecer esos poderes, de lo contrario, el plan de destrucción masiva se ejecutará en el acto. El reparto lo completa la actriz Kate Beckinsale, que incrusta una trama de comedia amorosa en esta película de simplón planteamiento y, según la mayor parte de la crítica, de malogrado resultado final.

Neil Clarke y su perro parlante Dennis.
Neil Clarke y su perro parlante Dennis.

Si bien algunos de los elementos constitutivos de esta producción pueden llamar la atención en un primer momento, como pueden ser la reunión de los Monty Python, el regreso a la dirección de Terry Jones o la participación de Robin Willliams, cabe destacar que la recepción no ha sido muy positiva, al menos, en términos generales. En definitiva, no deja de ser una comedia construida a base de unir varios sketches, muchos de ellos buscando la risa fácil al utilizar los viejos trucos del subgénero slapstick. La introducción de los integrantes del grupo cómico Monty Python, no deja de ser una mera participación testimonial, sin mayor trascendencia dentro de la trama o, lo que es más importante, sin la utilización de su peculiar forma de entender el humor, aquella que les hizo famosos. Ese humor llevado al absurdo, que contenía mucha crítica social y que tan bien supieron imprimir a su programa televisivo, 'Monty Python's Flying Circus' (1969-1974), además de a sus más afamadas películas: 'Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores' (1975), 'La vida de Brian' (1979), o 'El sentido de la vida' (1983).

Neil y Catherine en plena discusión.
Neil y Catherine en plena discusión.

Así pues, para todos aquellos, seguidores incondicionales de estos genios del humor, que busquen en esta película una vuelta a las andanzas de aquellos títulos tan celebrados, lo más probable es que queden irremediablemente desilusionados. No busquen, pues, aciertos como los logrados por películas posteriores que, si bien no estaban integradas por el grupo de los Monty Python al completo, tenían su firma, fueron dirigidas o escritas por alguno de ellos, o tenían a alguno de sus miembros como interpretes principales. Me estoy refiriendo a esas otras maravillas del cine, en donde supieron recoger el espíritu de los primeros y genuinos Python y lo contextualizaron con los gustos de las nuevas épocas, como por ejemplo: 'Los Héroes del Tiempo' (1981), 'Brazil' (1985), 'Las aventuras del Barón Munchausen' (1988), 'Un pez llamado Wanda' (1988), 'Erik el vikingo' (1989) o 'Criaturas feroces' (1997), por citar algunos títulos. Se trata, simplemente, de una comedia ligera, acta por tardes de domingo sin mejores quehaceres que tumbarse en el sofá a descansar.

Por mi parte, nada más. Les emplazo a la siguiente publicación del blog que, espero, sea en breve. Conserven la salud y no olviden verter las sagradas libaciones en honor de los gentiles e ínclitos dioses paganos.