miércoles, 27 de abril de 2016

Guerra civil marveliana

Póster de la película: 'Capitán América: Civil War' (2016).

Tengan salud sus usías (uff cuánta “u” y cuánta “s”).

Podrán creerlo o no, pero aquí ando, desempeñando un papel que quizá no pueda, o no deba, mantener, pero en fin, tan solo espero no aburrirles demasiado con mi palabrería y contribuir al debate sobre la ficción audiovisual en aquestos días en los que nos ha tocado vivir. Con un poco de suerte, hasta puede que acabe estableciendo una periodicidad de publicación más acorde con lo que es en realidad un blog, al menos, atendiendo a las definiciones más ortodoxas del formato.

El motivo de mi venida (parece que sea un profeta que trae las nuevas de espíritus ignotos), es presentar una nueva referencia que tiene relación con uno de los próximos estrenos cinematográficos dentro, por supuesto, del género de fantasía: la película 'Capitán América: Civil War' (2016). Se trata de la tercera entrega de la saga del superhéroe más estadounidense (cuál no lo es) y la primera parte de lo que en la industria llaman “Fase Tres”, dentro de lo que se conoce como “Universo cinematográfico de Marvel” (MCU en sus siglas en inglés: Marvel Cinematic Universe), que se ha creado para la adaptación de los cómics a la gran pantalla.

El equipo de Iron Man, esperando amenazante.

Ni qué decir tiene que las diferentes sagas de superhéroes de los Estudios Marvel, han tenido y siguen teniendo un enorme éxito; si no fuera así, no se explicarían los números en la taquilla, no solo americana, también en el ámbito internacional y, por supuesto, en la recaudación de las entradas de cine en España. El esquema narrativo y visual es básicamente el mismo en todas estas películas, con un consabido desarrollo del relato, que funciona y es repetido una y otra vez, y es que sigue funcionando por mucho que lo repitan. Prima, por supuesto, la espectacularidad de la imagen y de los efectos especiales frente a un guion elaborado, como en casi todos los productos de la industria estadounidense, máxime aquellos pensados para un público adolescente, como es el caso. Se trata de uno de los elementos clave a la hora de abordar estos productos.

Ahora bien, ese mismo elemento constituye un punto de referencia que explica el éxito de estas producciones, se trata de la sensación de serialidad. El interés del espectador por continuar la historia de unos personajes con los que ha congeniado de alguna de manera, conlleva, cuando la narración propicia semejante deseo, una demanda de más historias en las que estén involucrados esos personajes. Así ocurre en las series de televisión, y de un tiempo a esta parte se ha acentuado ese gusto por la serialidad y todo lo que arrastra. Se puede argumentar que este tipo de sagas cinematográficas busca este tipo de fidelización, aquella que consigue que las series enganchen al espectador, de tal manera que pueden aguantar una semana entera para continuar con la historia de sus personajes favoritos, así como esperar meses entre una temporada y otra.

El equipo del Capitán América, iniciando el ataque.

En el caso de los superhéroes de Marvel, en principio, parecía que bastaba con realizar una película de un personaje concreto, verbigracia la primera película que inició las sagas: 'Iron Man' (2008). Después, habría que ver si esa producción tiene éxito y, cuando se comprueba que no sólo lo tiene, sino que, además, desborda todas las expectativas, se inicia el proceso de convertir la película en una trilogía, como mínimo. Así, cuando se apuesta por otro personaje como, por ejemplo, el Capitán América en 'Capitán América: El primer vengador' (2011), y la película tiene, asimismo, el éxito esperado, se repite el proceso. Ahora bien, el salto cualitativo se da cuando los ejecutivos de la productora permiten la creación de una película en donde interaccionan ambos personajes, junto con otros más que se les unen por el camino: Thor, Hulk, Viuda Negra, etcétera. Se trata de aquellos que, es de imaginar, despiertan mayor interés en el público, entre los fans, en las encuestas o simplemente, aquellos que dan juego, que permiten introducir diferentes arquetipos narrativos, aquí bajo la versión de superhéroes que pertenecen al mismo relato imaginando. La referencia a la que aludo es la película 'Los vengadores' (2012). Resulta un rotundo éxito, parece la combinación perfecta para amasar el dinero de las taquillas de medio mundo. Y como no puede ser de otra manera, se repite el esquema, aunque a lo grande, ahora se presenta una nueva trilogía -al menos, por que en realidad se anuncia una tetralogía- con esa amalgama de superhéroes actuando conjuntamente, peleándose no sólo por vencer a sus enemigos, sino por aparecer más tiempo en pantalla.

Viuda negra.

Este esquema, continua, no se piensen, para ir más allá. A la hora de aprovechar la gallina de los huevos de oro -las manos cortadas del rey Midas-, siempre se puede ir un paso más allá para continuar recaudando. Todo este conjunto de películas, desde luego, despliega una serie de personajes secundarios que, con el trascurso de la narración a través de los diferentes filmes, adquieren en ocasiones un rango de personaje celebrado. Ante esta nueva oportunidad, los ejecutivos propician la aparición de diferentes híbridos, sucedáneos o como suelen llamarse en inglés, crossovers. Viuda Negra, Hulk, Ant-man, Pantera Negra, Spider-man, los Guardianes de la Galaxia, etcétera; cualquiera puede pasar a engrosar la ya extensa saga marveliana en su vertiente cinematográfica, siempre que reúna la condición de suscitar el suficiente interés en los espectadores, iniciando nuevas posibles trilogías que continúen el esquema, durante décadas a ser posible, tal y como desearían los productores. No solo eso, además se presentan nuevos superhéroes que no han tenido un papel en películas precedentes, expandiendo la idea sin límites aparentes. Ahí tienen el próximo estreno de 'Doctor Extraño' (2016).

Pantera negra.

Todo ello, genera una red de relatos interconectados, o que pretenden estar relacionados, que otorgan al producto una serialidad, que bien encauzada (con elencos bien escogidos entre las actuales estrellas de Hollywood y manteniéndoos en el tiempo), establece una especie de contrato con el espectador; en donde se sabe que las historias de cada uno de los personajes con los que ha empatizado, continuarán narrándose y se podrán seguir escuchando y observando sus nuevas peripecias, en sucesivas producciones audiovisuales, a cada cual más osada. Además, siempre se cuenta con los mismos elementos que tanto gustan, o que tanto funcionan, entre el público objetivo: la mencionada simplicidad argumental y la elaborada puesta en escena, con ingentes cantidades de efectos especiales y tramas al servicio de la pura y simple espectacularidad. Así se podría resumir el esquema, ahora bien, parece que han dado en el clavo, por que no cejan en su empeño de estirar el producto y la gente no deja de ver todas y cada una de las nuevas películas, pensadas para contribuir al ensanchamiento de ese mundo imaginado, aunque se esté empobreciendo la creatividad, al establecer en todo momento el mismo esquema presentado.

Spider-Man.

En cualquier caso, el gusto por la serialidad y la repetición tiene que tener, al mismo tiempo, un aliciente innovador, algún elemento novedoso. Todo ello para que se establezca una suerte de equilibrio entre esa necesidad, tan humana, de reconocer referencias pasadas, junto con una parte más original o inesperada para el espectador, que refuerce el relato y lo haga más interesante. En este sentido, esta nueva película puede que ofrezca ambos aspectos, es decir: una historia repetitiva, con una reunión de varios superhéroes para enfrentarse a un enemigo que, en principio, no pueden combatir de manera individual; a lo que hay que añadir una trama que complementa el esquema de la serialidad, en este caso, el enfrentamiento entre los propios superhéroes por discrepancias a la hora de actuar contra el enemigo común. Al estar -al menos personalmente- bastante aburrido de esa insistencia en la reiteración argumental profunda, cabe pensar que, al menos, en esta producción han intentado introducir un elemento novedoso que ayude a estirar la saga marveliana, sin renunciar a sus principios de repetición -aquellos que mantienen cautivos a millones de seguidores- y apoyándose en los tebeos para realizar una adaptación al formato cinematográfico.

Capitán América e Iron Man, los líderes enfrentados.

Esta trama del enfrentamiento entre superhéroes con -se supone- un mismo objetivo, pero diferentes formas de llevarlo a cabo, no se inscribe en las comunes rencillas personales a la hora de confrontar diferentes egos, cosa que suele ser un elemento habitual de estas narraciones (que se entiende cuando hay varias personas con superpoderes y en donde hay que dirimir cuál es el más poderoso de ellos), sino que se trata -como indica elocuentemente el título del filme- de una auténtica guerra civil entre los miembros de la propia organización. Una organización que, por otro lado, tiene como misión salvar al mundo de las amenazas sobrenaturales más complejas y peligrosas, aquellas a las que no llega la jurisdicción civil o militar, por razones obvias. Quizá ese elemento introduzca la suficiente novedad, dentro de ese esquema reiterativo en el desarrollo de la saga de Marvel, que evite la caída en el vicio de la repetición que se da en casi todas las películas bajo su égida. Repetición, no como sistema de referencia reconocible por el espectador, adaptado el relato reconocido al contexto de una producción en concreto; más bien como un producto fabricado en serie, cambiando los elementos visuales (actores, escenarios, efectos, etcétera), pero dejando un mismo esquema narrativo de fondo. Así pues, si todas esas expectativas se cumplen, puede que incluso estemos ante un producto potable. Lástima que el protagonista me produzca tanta pereza, pero eso, mis queridos lectores, es una opinión muy personal.

Manténgase sanos y sigan disfrutando de la magia del cine.




domingo, 24 de abril de 2016

Sexta Temporada de 'Juego de Tronos'



Denme albricias, bienaventurados navegantes en este mar tempestuoso de las redes, les vuelvo a saludar sintiendo que no hayan recibido noticias del blog en estas semanas pasadas.

Me hubiera gustado tener más tiempo para incluir contenido, hablar sobre los múltiples estrenos de cine sobre el género narrativo que se trata aquí, como pueden ser: la continuación distópica de la historia de Tris en 'La serie Divergente: Leal', quizá menos exitosa que sus antecesoras; la desasosegante 'Calle Cloverfield 10', con un elenco muy reducido y aún más reducido escenario; el inicio de una nueva saga de reuniones de superhéroes en 'Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia', en este caso sobre el universo de DC (imagino que intentado imitar el ejemplo y el éxito de las sagas de Marvel); el atropello o genialidad que puede suponer 'Orgullo + prejuicio + zombis', pura gamberrada que en cierto sentido arranca una sonrisa; la innecesaria 'Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo', estirando una historia que no creo que dé mucho de sí; la revisión de un clásico del terror y la fantasía en 'Victor Frankenstein', con un Daniel Radcliffe intentando alejarse del largo influjo de Harry Potter; o la nueva adaptación de 'El libro de la selva', con bien poco de imagen real y muchos efectos digitales.
Theon y Sansa helados de frío.

Hubiera tenido interés, asimismo, en comentar las nuevas series, o bien el estreno de las nuevas temporadas de aquellos programas televisivos, que son de interés por estar en concordancia con la temática que aquí se aborda, entre las que cabe destacar: la cuarta temporada de la excelente 'Vikingos', con su ligero contenido fantástico, medio ensoñación medio elemento mitológico; la nueva serie del canal Syfy 'The Magicians', una versión universitaria de Hogwarts, incluidos adolescentes con picores; la segunda temporada de 'Los 100', con su futuro postapocalíptico en una Tierra recuperada y, también, poblada de adolescentes con picores; o bien, centrándonos en la ficción patria, hablar sobre la segunda temporada de 'El Ministerio del Tiempo', con su acertada combinación de fantasía y acercamiento histórico-legendario al pasado español. En fin, y un largo etcétera, que este tiempo sin publicar a dado para mucho en el género fantástico y en la ciencia-ficción audiovisual.
Tyrion y Varys maquinando en la sombra.

En cualquier caso, uno de los motivos que me ha sacado del letargo -a parte de volver a entretenerme con la búsqueda de información y su publicación en la Web- es el estreno de la sexta temporada de 'Juego de Tronos' (2011-...). ¡Ay, perillanes! Winter is coming... O más bien ya está aquí. El invierno es ahora, con los caminantes blancos pululando por ahí, amenazando y asesinando sin piedad y sin aparente motivo, salvo convertir el mundo en un páramo yerto, helado y lleno de muertos vivientes.

Por un lado tengo unas ganas insaciables de continuar el visionado de la serie, me declaro fiel seguidor del programa y añadiré que cuando escucho la música de los títulos de crédito, se me erizan los pelos de la nuca. Por otro lado, esta nueva temporada va a ser la primera que no cuenta con un soporte claro en la versión primigenia de las novelas de George R. R. Martin. Hasta ahora, cada temporada podía adscribirse, más o menos, a uno de los libros de la saga, pero desde este momento el horizonte es más nebuloso e indescifrable. Si bien, es verdad que en temporadas anteriores se han añadido tramas y personajes que no aparecían en las novelas, adaptando el contenido de la narración al formato audiovisual -con gran acierto además-; en esta ocasión, los productores de la HBO se han volcado en incrementar y hacer patente la autonomía de la serie con respecto a los libros. Se espera que los guiones sean más independientes con respecto a la Canción de hielo y fuego y que la trama recorra derroteros que posiblemente serán diferentes a las próximas publicaciones de Martin. Pero en realidad, se puede decir que en ciertos aspectos la serie ha mejorado el contenido de la historia y casi ha superado, o al menos ha igualado, la calidad de las novelas. Así que el temor puede resultar infundado, pero qué quieren, por irrisoria que sea la amenaza, acaba pesando.
Jaime y Cersei, preparando la venganza.
Aun así, confiaremos en que los creadores de la serie tengan la suficiente capacidad –y la tienen- como para ofrecernos todo un espectáculo audiovisual. A fin de cuentas, el increíble trabajado realizado en anteriores temporadas y la enorme suma de recursos, tanto financieros como creativos, con los que cuenta la producción del programa y la HBO, hacen valer su calidad y nos dan buenas expectativas. Además, en España contamos con el especial aliciente de tratar de reconocer algunos de los escenarios elegidos para esta temporada, puesto que, como en la anterior, bastantes secuencias de exteriores han sido grabadas en nuestro país; entre los cuales podremos encontrar Gerona (Cataluña), el Castillo de Santa Florentina (en Canet de Mar, Barcelona), el Parque Natural de las Bardenas Reales (Navarra), el Castillo de Zafra (Guadalajara) y el Castillo  de Peñíscola (Comunidad Valenciana).
Arya, cegata.

Siguiendo con las semejanzas de la serie con España, en alguna tertulia televisiva he escuchado que un verdadero “juego de tronos” fue el periodo histórico conocido por los historiadores como “Los cinco reinos” durante el siglo XIII en la Península Ibérica, en donde convivían los reyes cristianos de León, Castilla, Portugal, Navarra y Aragón, que eran primos y pelearon entre sí por conflictos fronterizos, derechos de conquista y zonas de influencia; a lo que habría que añadir los reinos de taifas musulmanes del sur, surgidos tras la desintegración del califato de Córdoba, y reunidos de nuevo bajo el imperio de los Almorávides y más tarde bajo el régimen de los Almohades. Es cierto que este periodo de la historia de la Península es, bajo este prisma de comparación, tan complejo como la narración de 'Juego de Tronos', o incluso más complicado; si bien, no se sabe hasta qué punto el autor de los libros o los productores de la serie se han basado, o no, en estos acontecimientos. Hace tiempo se leyeron informaciones sobre el parecido entre algunas de las tramas del producto de ficción y el relato histórico de la Guerra de las dos Rosas, dentro de los conflictos dinásticos que se desarrollaron en Inglaterra durante el siglo XV. Este marco de inspiración parece tener más sentido, dado el ámbito anglosajón en el que se mueven los creadores de la narración, tanto el autor de las novelas como los productores de la serie.
Daenerys, prisionera de los Dothraki.

En cualquier caso, entusiasma pensar que la historia de la humanidad puede y debe inspirar estos productos de entretenimiento, otorgarles cierta dosis de realismo y de verosimilitud. Añades dragones y ciertos mecanismos mágicos y se obtiene un panorama enriquecedor, que puede aunar diversas expectativas con respecto al desarrollo de la serie, tanto las de aquellos que gustan de un relato más centrado en las posibilidades realistas de la trama, como aquellos que tienen interés en ver insertados sobre narrativas comunes o reconocibles, aspectos del ámbito sobrenatural, y ver qué tipo de historia puede resultar de tal mezcla.

Así pues, estaremos atentos al estreno de la sexta temporada, difundida en varios países de forma simultánea esta noche, en España a través de Movistar +.

Un saludo y recuerden, Valar Morghulis.