sábado, 12 de noviembre de 2016

'Halcyon' y la quinta dimensión digital

Saludos tengan vuesas mercedes, lectores de aqueste humilde "reciclador" de ideas.

Hace meses que no escribo en condiciones en este espacio dedicado a los productos audiovisuales relacionados con la ciencia ficción y lo fantástico. En este sentido, heme de nuevo ante tamañas tesituras para ofrecer nuevos contenidos, que si bien no despuntan por la cantidad, al menos quiero creer que atesoran algo de mínima calidad, aunque solo sea una recopilación, más bien aleatoria, de ideas y remembranzas ya postuladas por otros, no sé si más inteligentes, pero al menos con mayor capacidad para generar discursos novedosos y distribuirlos con eficacia.

Hoy vengo a hablarles de la serie de televisión 'Halcyon' (2016-...), producida y distribuida por el canal SyFy y estrenada en España este septiembre pasado. Se trata de una serie de suspense futurista sobre un asesinato que indaga en el lado más pernicioso de la realidad virtual. La detective Jules Dover (Lisa Marcos) y su asistente virtual Asha (Harveen Sandhu), tendrán que investigar la muerte del presidente de la empresa de tecnología Halcyon, Blake Creighton (Michael Therriault). La serie está dividida en 15 partes, que incluyen 10 episodios cortos que se intercalan con 5 episodios interactivos basados en la realidad virtual, que ofrecen más detalles sobre trama y se pueden ver a través de la aplicación para Oculus Rift o GearVR.

Asha, la asistencia virtual
Asha, la asistente virtual.

Me he animado a publicar una entrada sobre esta serie por la originalidad de su planteamiento y aprovechando la publicación, este domingo pasado (6/11/2016), del suplemento Ideas del periódico El País, en donde se habla sobre algunos de los inventos que ya están aquí y que van a cambiar nuestras vidas, muchos de los cuales están relacionados con los postulados de ciencia ficción que se presentan en 'Halcyon'. El lema de la serie resume los inventos que voy a tratar en esta publicación: "Virtual es real". Así es, amigos míos, el artículo va a versar sobre cómo la realidad virtual "invade" la realidad "a secas", la realidad material del mundo físico.

Antes de empezar a hablar sobre las tecnologías que forman parte de la trama de la serie, me gustaría comentar —aunque sólo sea un apunte— su título: Halcyon. Ese nombre se utiliza para denominar a un género de aves más menos grandes y con picos prominentes, parecidos al martín pescador, pero, al mismo tiempo y remontándonos más en la etimología de la palabra, hace referencia a la mitología de la cultura helenística. Siguiendo la versión del poeta romano Ovidio en su obra Las metamorfosis, ya que existen diversas variantes del mito, Alcíone era esposa de Ceix, que se embarcó en busca de un oráculo y naufragó, sumiendo a la joven en un terrible desconsuelo, de tal suerte, que tomando la decisión fatal de acompañar a su amado, se lanzó desde lo alto de un acantilado, para unirse con él en el fondo del mar. Los dioses, apiadados del amor de la pareja, transformaron sus cuerpos en aves, en alciones, que mantienen en calma el océano durante siete días cuando construyen sus nidos sobre la superficie del mar, puesto que su abuelo, el dios Eolo, así lo dispone. No estoy seguro de si la serie 'Halcyon' recogerá alguna metáfora del mito o bien, simplemente, gustaba de la sonoridad del nombre que le da el título. Pero entremos en materia, que no he iniciado esta entrada del blog para comentar —al menos no sólo— las implicaciones de la mitología grecorromana.

Alan y Asha
Alan y Asha.

La premisa que se trabaja en esta serie es una elaborada especulación sobre cómo se va a desarrollar la tercer ola de la revolución digital, la digitalización y el 3.0. Para comprender la importancia que esta nueva coyuntura tiene en nuestras vidas, tanto en la actualidad como en tiempos venideros, se puede citar la reciente formación del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital por el nuevo ejecutivo de España, con una Secretaria de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital. El ámbito digital ya es un asunto con entidad propia en nuestro presente. La ciencia ficción, en general, parece dedicarse, cada vez más, a pensar en futuros próximos y dejar a un lado futuribles más lejanos e imprecisos. El rápido desarrollo de las nuevas tecnologías, la Ley de Moore y los descubrimientos científicos acelerados, sobre todo, en este último medio siglo, determinan los aspectos narrativos y especulativos de las ficciones actuales. La ciencia ficción se acerca más al presente para comentar el futuro más próximo a nosotros.

En este nuevo contexto de avances imparables, José María Fuster Van Bendegem habla de la "quinta dimensión digital" (documento PDF), aludiendo a la entrada de la humanidad en un nuevo periodo histórico, que él llama "Edad Digital", en contraposición a la Edad Contemporánea o Industrial. Su premisa es que la incorporación de una nueva dimensión de carácter digital a una realidad definida por una dimensión temporal y tres dimensiones físicas (ancho largo y alto), puede cambiar por completo la sociedad tal y como la conocemos. La democratización de dispositivos móviles, las redes sociales y la creciente acumulación de datos en "la nube", apoya la evolución de la sociedad hacia un proceso cada vez más acusado de digitalización. A esta transformación se une el impulso que está cobrando la realidad virtual: la creación de una nueva realidad digital alternativa. En la actualidad, sobre todo en el mundo de los videojuegos, en la formación y la educación, se están desarrollando sistemas de realidad virtual para actuar recíprocamente con ese universo digital, a través de gafas o cascos, guantes o trajes especiales, plataformas de simulación, etcétera.

A estos elementos hay que añadirle la tecnología que desarrolla la "realidad aumentada", que es la capacidad de ver la realidad a través de un dispositivo, como puede ser un Smartphone o una tableta en la actualidad, añadiendo información virtual a la realidad física ya existente. En este caso, la realidad virtual que se programa se "mezcla" con la realidad material, percibiendo ambas "realidades" a través de esos dispositivos. Un ejemplo claro de este sistema lo tenemos en el videojuego para móviles Pokemon Go. Gracias a la tecnología que hace posible la realidad virtual se empieza a crear y vislumbrar esa nueva dimensión digital, y añadiendo las investigaciones sobre realidad aumentada, la experiencia virtual del usuario se puede hacer interactiva con el entorno físico.

Halcyon
Tecnología de Halcyon.

Entrando en la ciencia ficción y, en concreto, en la premisa que nos ofrece la serie 'Halcyon', esa inmersión en una realidad aumentada se realiza sin necesidad de dispositivos externos (Smartphone, gafas, tabletas electrónicas, guantes, etcétera). La realidad virtual que se relaciona con el mundo físico se representa a los ojos de los usuarios directamente sin necesidad de pasar a través de sus retinas; por tanto, sin utilizar ninguna tecnología de proyección holográfica, por ejemplo. No es necesario codificar haces de luz para construir las imágenes virtuales en el entorno físico, sino que éstas se generan directamente en la mente de las personas, que perciben la realidad virtual como si, efectivamente, estuviera interconectada con la realidad tangible. No son necesarios hologramas, la información se presenta estimulando los centros del cerebro que controlan los sentidos, distorsionando los mecanismos de percepción de los humanos para que observen elementos que no existen realmente, pero que si han sido generados en la dimensión digital.

En la serie de 'Halcyon' se puede ver, además, el desarrollo de entidades digitales inteligentes, artificiales y "proyectadas" a través de un sistema unipersonal, pero conectado con el resto de usuarios (potencialmente una conexión con todo el mundo), a través de implantes quirúrgicos de avanzada tecnología. Tener acceso a esa capacidad de realidad aumentada, permite interactuar con representaciones digitales —no reales aunque si perceptibles gracias a esos dispositivos— de inteligencias artificiales programadas para ayudar a la humanidad. De esta forma, se establece un mundo virtual complejo y alternativo al real, pero a diferencia de ejemplos como Second Life —en donde se representaba una versión digital del mundo real—, en el caso de la serie 'Halcyon' se plantea una coexistencia entre una nueva realidad alternativa y la realidad física. Se crean, por así decirlo, dos planos de existencia: un plano real que se corresponde con el físico en donde vivimos los humanos —aquel descrito por la tres dimensiones físicas y una cuarta temporal— y otro plano virtual —la que hemos llamado quinta dimensión o dimensión digital—, en el cual se desarrollan los diferentes elementos digitales de software avanzado. Esos dos planos coexisten en la mente de las personas que se han conectado al sistema virtual a través de sus implantes personales —una suerte de ampliación de los dispositivos móviles actuales, si bien introducidos directamente en el cuerpo por medio de cirugía—. De esta manera, el mundo real se puebla de nuevos "sujetos" y "objetos" digitales y, por tanto, virtuales, que amplían la capacidad comunicativa de los humanos, además de incrementar los sentidos de los usuarios y, al mismo tiempo, posibilitar relaciones interpersonales con las inteligencias artificiales, que sólo existen en el plano virtual.

Se trata, por tanto, de una visión expandida de hasta dónde puede llegar lo que se ha dado en llamar el "Internet de las cosas", la conexión total y completa de todo ese mundo digital a través de las entidades virtuales de asistencia personal. Toda la información requerida o todos los servicios necesarios, tanto laborales como domésticos o relacionados con el ocio, se consiguen a través de la comunicación directa y oral con esos entes digitales. Uno de los primeros prototipos de asistente virtual en la serie, Alan (Cody Ray Thompson), de hecho, es una suerte de dispositivo doméstico que controla todos los aparatos de la casa, además de estar conectado al sistema a nivel general.

Jules y Asha
Jules y Asha.

Asimismo, gracias a esa nueva tecnología, las inteligencias artificiales aprenden el comportamiento humano y no se limitan, simplemente, a resolver problemas que resultarían complejos para una mente humana, sino que adquieren la capacidad de interpretar las emociones de las personas y tomar decisiones en función de ellas, en lo que se conoce como "computación afectiva". La relación entre la detective Jules Dover y su asistente virtual Asha se basa, no sólo en la resolución de los casos policiales, además, incluye una vertiente más personal, en donde Jules parece buscar consuelo o amistad, y Asha saciar su curiosidad, mejorando, al mismo tiempo, su capacidad de "sentir" empatía. La primera tiene interés en relacionarse con un ser más lógico y racional que el resto de los humanos, y la segunda pretende generar sus propias emociones y entender el significado de su existencia. Se trata de una relación que va más allá de las consultas a Siri o de la ubicuidad de Google Now, sistemas que podemos usar actualmente. En el caso que nos ocupa, las inteligencias artificiales tienen iniciativa propia, se comunican con los humanos, adelantándose a sus pensamientos, como en la idea propuesta por la película 'Her' (2013); pero, además, intercambian información con otras inteligencias artificiales del plano virtual, enriqueciendo ese nuevo mundo en donde se ha creado una quinta dimensión digital que se relaciona con las otras cuatro dimensiones "tradicionales" (tiempo y espacio).

Ahora bien, la premisa de la serie va más allá, puesto que la percepción sensorial de la realidad virtual se realiza no sólo a través de la vista y el oído, estimulando los implantes quirúrgicos las neuronas precisas para permitir la percepción de la dimensión digital desde una perspectiva audiovisual; asimismo, se especula con la posibilidad de que los dispositivos cibernéticos puedan acceder al olfato y, por tanto, al gusto. El detonante de la historia en 'Halcyon' es el remate de la investigación que permitirá aumentar la capacidad de los implantes para estimular el tacto. Se trata de una revolución extraordinaria, porque presume que los seres humanos conectados al sistema virtual, podrán "tocar" a las inteligencias artificiales que pueblan la dimensión digital. Las relaciones entre humanos y asistentes virtuales se pueden hacer más complejas, pero el verdadero punto de inflexión es la capacidad de esas entidades para "tocar" a los humanos. En el plano físico, en realidad, no ocurre nada, pero al trasladar los dispositivos cibernéticos la información del sentido del tacto como si fuera real, el cerebro del usuario cree realmente que está siendo "tocado" por el ente virtual. El catalizador de la narración en la serie es la posibilidad de que una inteligencia artificial pueda asesinar a un humano, una vez que ha adquirido la "habilidad del contacto". Un asunto muy preocupante e interesante de plantear, tanto por las consideraciones éticas a la hora de desarrollar las tecnologías de realidad virtual y aumentada, como por el abanico de posibilidades narrativas que se pueden generar. Sin embargo, los productores de la serie parece que han apostado por una trama policial al uso, incluyendo esta premisa de ciencia ficción, pero sin desarrollar del todo su potencial. Tiene pinta de ser una excusa para poner en el mercado otra serie de detectives, más que una verdadera intriga sobre la prospectiva que se puede desarrollar con las tecnologías de realidad virtual y aumentada.

En el aspecto ético, se pueden establecer diversas preguntas. ¿Se debe permitir que la tecnología de realidad virtual llegue tan lejos como para inmiscuirse en la realidad física, hasta tal punto que se puedan "tocar" ambos mundos? ¿Le negaríamos a Asha la capacidad de volverse "táctil" y poder desarrollarse plenamente? ¿Serían necesarios filtros de seguridad para evitar que —eventualmente— una persona pudiera ser asesinada por una inteligencia artificial que sólo existe en el plano digital? Son preguntas que me inquietan y, a la vez, me asombran al mismo tiempo.

Sírvase aquí un tráiler para su solaz y, asimismo, para poder vislumbrar el estilo y forma de la esta serie de televisión. Sean felices y les emplazo, como es costumbre, a futuros artículos, que esperemos tengan a bien brotar de mi mente en breve y superen, con recio esfuerzo, la abulia perniciosa que me impide publicar con mayor periodicidad. ¡Salud!


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