lunes, 16 de mayo de 2016

Mutantes, secuelas, precuelas y aglomeración

Cartel de 'X-men: Apocalipsis' (2016).

¡Salud! Bienandantes lectores, ávidos de nueva información sobre el cine de fantasía y ciencia ficción. Queden invitados a seguir leyendo este nuevo artículo. Están en su casa.

Con motivo del estreno en cines de 'X-Men: Apocalipsis' (2016), el 20 de Mayo de 2016 en España, se pretende, a parte de informar sobre esta nueva película, comentar los inicios, desarrollo y estado actual de esta saga cinematográfica, en donde los mutantes son los protagonistas. Películas primigenias, secuelas, precuelas, derivados y esa moda, tan común en este tipo de epopeyas, de aglomerar personajes en una misma película, para reunir una compleja gama de protagonistas, con las dificultades añadidas para hacer coherente la trama y, al mismo tiempo, conseguir grandes expectativas al reunir a los actores más reconocidos bajo una misma producción. Todo al servicio de una recaudación cuantiosa en taquilla.

La patrulla X se suma al hábito de aglomerar a un gran número de personajes deslumbrantes en un solo título, generando una amalgama de egos contrapuestos difícil de reorientar en una trama congruente y expedita de secuencias intrascendentes. Tal esfuerzo de combinación de sujetos, en la mayoría de los casos con resultados exitosos en taquilla pero con un empobrecimiento del discurso, lo desarrolló con toda su fuerza la industria Marvel en la película 'Los Vengadores' (2012). Después fue seguido por la otra gran franquicia de superhéroes estadounidenses, el llamado Universo DC, con el filme 'Batman vs. Superman: El amanecer de la justicia' (2016). Y ahora, parece que los X-Men, también dentro de la franquicia de Marvel, deben sumarse a esta forma de emprender los nuevos proyectos fílmicos, si no quieren quedarse fuera de lugar con respecto a sus competidoras y -¡oh, no lo permitan los hados!- ser más originales.

Magneto
Magneto haciendo de las suyas.

Ya hubo intentos de mezclar en una sola película cuantos más superhéroes y supervillanos posibles mejor, como en 'Spider-Man 3' (2007) de Sam Raimi, que expuso funestos y aburridos desarrollos narrativos, para desesperación de una gran parte del público. El lenguaje cinematográfico, en donde se tiene que contar una historia en un reducido número de minutos, tiene problemas para integrar tramas con muchos personajes, a riesgo de establecer exposiciones simplistas con estereotipos manidos. En los tebeos puede ser diferente, y la unión de muchos protagonistas puede funcionar en ciertas ocasiones, puesto que es un lenguaje diferente, que se puede prestar a ello, gracias a una lógica de serie o saga. En un producto cinematográfico no resulta tan sencillo, al menos, para una sola película. Una de las pocas maneras de llevarlo a cabo, de forma un poco coherente, es hacer, precisamente, lo que están intentando las productoras de cine norteamericanas. El objetivo es generar todo un universo entorno a un sinfín de títulos (no solo trilogías o tetralogías), variando el enfoque y el punto de vista, pero manteniendo el mismo contexto diegético. Así pues, las diferentes películas tienen relación unas con otras, para luego unir a sus diferentes protagonistas en películas de conjunto o de aglomeración de personajes. La creación de sagas de superhéroes -que ya se comentó en este blog a raíz del estreno de 'Capitán América: Civil War' (2016)-, parece ser la única vía potable para mantener semejante propósito, haciendo que múltiples personajes importantes compartan escenas el mayor tiempo posible. Al menos, parece ser la fórmula más exitosa, a juzgar por la recaudación en las taquillas de los cines.

Jean Grey
Sansa Stark... digo... Sophie Turner como Jean Grey.

En el caso que nos ocupa hoy, es decir, la saga de películas sobre los mutantes con superpoderes de la Marvel, encargados de salvar al mundo y comandados por el profesor Xavier; el principio de todo hay que buscarlo en el título 'X-Men' (2000) dirigido por Bryan Singer. A esta le siguieron dos secuelas: 'X-Men 2' (2003) y 'X-Men. La decisión final' (2006), que cerraban una trilogía clásica, que se puede considerar como "la original". Ahora bien, en vista del éxito alcanzado, la siguiente decisión con objeto de generar una saga más allá de esta primera trilogía, fue eligir a uno de los mutantes más célebres y queridos por los espectadores: Lobezno (interpretado por Hugh Jackman). Con él se estableció el inicio de una nueva trilogía de películas derivadas, ahora como protagonista indiscutible. Así, se estrenaron 'X-Men orígenes: Lobezno' (2009), cuyo estreno se comentó ampliamente en este blog, a la que siguió 'Lobezno inmortal' (2013). En ellas se cuenta la historia de este mutante tan singular, en una suerte de precuela y secuela respectivamente,vistas desde lo que he llamado "la trilogía original". Se espera que para marzo de 2017 esté preparada otra secuela, dentro de estas películas derivadas, con la que se cerraría la trilogía de Logan.

Ahora bien, no contentos con haber generado estos derivados o spin-off, como se llaman en inglés, los productores decidieron desarrollar una línea paralela de precuelas, en las que se narraba los inicios de los jóvenes mutantes antes de la trilogía original; explicando cómo habían llegado a ser quienes eran en esas primeras películas de los años dos mil. De esta manera, apareció en carteleras 'X-Men: Primera generación' (2011), a la que siguió 'X-Men: Días del futuro pasado' (2014). Protagonizadas, en su mayor parte, por actores adolescentes, en donde se ha querido recobrar los éxitos de las primeras películas de "la trilogía original", remozando las caras de los personajes tras la bajada de taquilla que supuso la tercera película de la saga. Eso se logró con la primera de estas precuelas, en donde los nuevos actores convencieron al público y los adolescentes pudieron sentirse más identificados con los personajes rejuvenecidos.

X-men
La Patrulla X en Cerebro.

Sin embargo, se dio una circunstancia excepcional. En la segunda película de estas precuelas, se pensó en unir a los actores de "la trilogía original", junto con los interpretes de esta nueva fase de la saga. Empezaba a vislumbrarse la influencia de la las otras películas marvelianas, con el estreno de 'Los Vengadores' un año después de la primera precuela, imitando el sistema de aglomeración de los protagonistas de las películas anteriores en una sola cinta, para solaz de los espectadores y generando complejas consecuencias narrativas, no siempre afortunadas. De tal modo, se pudo ver a un gran número de personajes de "la trilogía original", junto con los mismos personajes pero más jóvenes e interpretados por otros actores, que habían iniciado una nueva trilogía dentro de esta saga de la Patrulla X. Además, se incluía al personaje de Lobezno, uno de los más queridos y, como ya se ha mencionado antes, protagonista de su propia serie de películas derivadas. Los creadores supieron mezclar estas dos dimensiones temporales a través de una neta separación, dividiendo la película en dos partes bien diferenciadas, el futuro y el pasado, con un nexo común en uno de los personajes. ¿Adivinan quién? por supuesto, ¿por qué no utilizar al mutante más famoso y querido? Lobezno actuó como punto de intersección entre las esas dos dimensiones. Era una forma de incluir a Jackman en el reparto y continuar con el objetivo de introducir a cuantos más personajes y actores reconocidos mejor. La cosa funcionó y la recaudación en taquilla así lo atestiguó.

Tormenta, Apocalipsis y Mariposa Mental
Malingnos: Tormenta, Apocalipsis y Mariposa Mental.

Y, por fin, llegamos a lo que nos ocupa, el estreno de la siguiente entrega de esta nueva trilogía, la de las precuelas, con los protagonistas más jóvenes y una recaudación recuperada y en aumento: 'X-Men: Apocalipsis' (2016). Se aprovecha este nuevo título para incluir algunos personajes que tuvieron su participación en "la trilogía original" y que no habían aparecido en la primera ni en la segunda secuela. Así, tenemos la reintrepretación de mutantes como Jean Grey (Sophie Turner), Cíclope (Tye Sheridan), Tormenta (Alexandra Shipp), Rondador Nocturno (Kodi Smit-McPhee), Mariposa Mental (Olivia Munn), etcétera. Toda una nueva generación que se une a los protagonistas de las anteriores entregas: el Profesor Xavier (James McAvoy), Magneto (Michael Fassbender), Mística (Jennifer Lawrence), Bestia (Nicholas Hoult), Mercurio (Evan Peters) y Kaos (Lucas Till). A los que hay que añadir personajes no mutantes, como Moira Mactaggert (Rose Byrne) o William Stryker (Josh Helman). Y otros muchos, que ya me parece tedioso seguir nombrando. Como pueden ver, todo un elenco, casi interminable, de figuras de alto copete en el panorama cinematográfico actual.

La historia se desarrolla una década después de los acontecimientos de la segunda entrega, por lo tanto, durante los años ochenta del siglo XX. Los tres principales protagonistas: Xavier, Mística y Magneto, van cada uno por su lado, pero una seria amenaza los reúne de nuevo. Se trata de la presencia del más poderoso de los mutantes, llamado Apocalipsis (Oscar Isaac), y que, tal y como su sobrenombre indica, a regresado con aviesas intenciones. Acabar con la humanidad, vamos. No hace falta complicarse más. Su deseo es implantar un nuevo régimen en donde él sea amo y señor. Se trata de un enemigo formidable, puesto que es el primer mutante del mundo y acumula el poder de otros muchos mutantes, lo que lo convierte en un ser invencible. Buscará el apoyo de Magneto y de otros personajes poderosos para llevar a cabo sus planes. Por su parte, Mística y Xavier reclutarán a un grupo de jóvenes mutantes para hacer frente a este imponente aprieto y tratar de salvar al resto de los humanos.

Mística y Mercurio
M.M.: Mística y Mercurio.

La crítica no ha sido muy benevolente con la película, tal y como puede leerse en diferentes referencias de la Web, indicando que el excesivo número de personajes resulta ser un lastre para la coherencia del argumento. Nada nuevo bajo el Sol. Es el problema al que tienen que enfrentarse todas estas producciones. Las sagas cinematográficas basadas en los cómics de superhéroes, cuya intención final es aglomerar una cantidad ingente de personajes y que, además, se desvirtúan en una inextricable y abigarrada sucesión de efectos especiales; suelen lidiar con estos inconvenientes. En ocasiones pueden tener algún acierto, mitigando el problema, y en otras puede salir caro, como parece ser en este ejemplo concreto. La feliz audacia de 'Días del futuro pasado' no parece haber tenido su eco en esta nueva entrega.

Otro problema añadido es el encasillamiento de los actores en papeles que tienen que mantener durante décadas, a fin de que la correspondencia entre un personaje y su intérprete sea la misma durante las diferentes entregas de la saga. Se pierden bastantes posibilidades de emprender nuevos proyectos, al estar tan atados a un solo papel tanto tiempo. Lo mismo ocurre con los directores, anclados por los productoras para continuar dando forma a la saga, sin posibilidad de desarrollar su potencial en otros trabajos. Imagino que el sueldo bien merece renunciar a estas expectativas, pero es triste.

Sin más, les dejo con el tráiler en español de la película que se ha estado comentado. Sean felices y nos vemos en la próxima publicación.





viernes, 13 de mayo de 2016

Distopía en el rascacielos

Cartel de High Rise

Bien hallados, esclarecidos lectores de este espacio de información, comentario y, espero, también de debate, donde se tratan aquellas producciones audiovisuales que centran nuestro interés.

Henos aquí una vez más, ya que esta semana está llena de estrenos que tienen relación con el género fantástico y/o de ciencia ficción. No me ha dado tiempo a tratarlos todos antes su estreno este viernes, pero intentaré no dejarme ninguno, para que tengan en cuenta que están disponibles en las cines. Así pues, empezaremos con el estreno de la película británica 'High Rise' (2016), dirigida por Ben Wheatley. Una producción de rasgos distópicos, pero no siguiendo la típica historia juvenil, sobre la que tantos títulos se están estrenando en la actualidad, en donde un grupo de adolescentes se rebelan ante una situación indeseable. En este caso es una distopía más clásica, entendiendo por clásica su parecido con las novelas primigenias sobre temática distópica, a saber: Nosotros de Yevgueni Zamiatin, Un mundo feliz escrito por Aldous Huxley, 1984 por George Orwell o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, por citar sólo algunas de las más famosas. Se parece, por tanto, más a una narración desesperanzada, en donde se busca una crítica más precisa y explícita hacia los males de la sociedad y sus posibles derivaciones hacia futuros despreciables. No en vano, la película se basa en la novela Rascacielos del autor de ciencia ficción  J. G. Ballard, toda una eminencia en el género.

El doctor Robert Lang
El doctor Robert Lang (Tom Hiddleston).

A las afueras de un Londres futurista, se ha construido un edificio de cuarenta plantas, la "Torre Elysium", con cientos de apartamentos, supermercado, piscina, colegio y todo tipo de variados servicios. Una suerte de lugar idílico con todas las comodidades posibles, en donde sus habitantes viven felices, sin tener en cuenta que cada vez están más aislados del resto del mundo. Acaban por formar una sociedad cerrada y autosuficiente dentro del propio inmueble, que tendrá sus propias reglas y en la que pronto se irán estableciendo diferencias sociales entre ellos. El protagonista, Robert Laing (Tom Hiddleston), se muda al edificio, buscando pasar desapercibido, pero sin conseguirlo. Sus nuevos vecinos le van introduciendo en esa aparente utopía en la que viven, que se ve trastocada por los cortes de luz y el malfuncionamiento de servicios básicos como los ascensores. Esa sociedad aislada se dividirá en tres grupos, los que viven en las pisos más bajos, aquellos que habitan las plantas intermedias y los más ricos en los apartamentos más altos. Esos grupos se irán haciendo cada vez más tribales, buscando la cohesión con rituales y justificando la división y animadversión mutua. El enfrentamiento resulta inevitable y la amena convivencia seguida hasta entonces será quebrada y sustituida por los instintos más básicos de supervivencia y violencia. Una degradación total de los factores de coexistencia, en lo que puede ser una metáfora de la sociedad contemporánea, y un regreso al un estado salvaje e incivilizado.

Jeremy Irons
Jeremy Irons como demiurgo de la torre.

He de decir que me encanta que el subgénero distópico regrese a sus orígenes más pesimistas, puesto que creo que es la mejor forma de realizar una crítica realmente potente contra los males que nos rodean. Esa sensación de que si damos un paso en falso, todo se irá al garete. La sociedad entera sucumbirá y sólo quedará expuesta la verdadera naturaleza animal del ser humano, una bestia intolerante e inmisericorde que lucha por sobrevivir. Las débiles convecciones sociales impiden que degeneremos a ese estado, pero pueden ser tan irrisorias... Cuando falla la tecnología que nosotros mismos hemos creado para nuestro bienestar y a la que, al mismo tiempo, le hemos dotado de la facultad de esclavizarnos, todo se pierde: los valores sociales que creemos indiscutibles e imperecederos, quedan desdibujados y perdidos, como una ráfaga de viento que dispersa las cenizas de un documento escrito, al cual hemos aplicado demasiado calor. Europa ya está dando muestras claras de inclinarse hacia ese vacío, mirando al abismo con indiferencia, haciendo posible un futuro del que probablemente nos arrepentiremos.

Rascacielos
Los rascacielos curvos.

En algunas críticas he leído que la película se basa más en lo onírico y lo caótico, que en buscar las verdaderas motivaciones que tuvo Ballard al escribir su relato. Sería una pena, pero siempre ha sido difícil conciliar la narración escrita en la que se basan muchos productos audiovisuales, con el resultado final que llega a los cines, siendo como son lenguajes diferentes y enfocados hacia dispares esquemas de público objetivo. En cualquier caso, bien está que nos sacudan de vez en cuando, que no todo van a ser historias con finales felices y desarrollos estereotipados.

Disfruten, pues, del cine británico y europeo, que conviene desengancharse de la omnipresente industria hollywodiense en algún momento, por escueto que sea, y experimentar algunas pautas narrativas y comprender otras propuestas ideológicas, dentro del formato audiovisual y, aun más allá, en la filosofía moral o ética.



martes, 10 de mayo de 2016

Sharknado ha creado escuela


Albricias, interesados lectores de lo friki y todo aquello que se salga de la normalidad.

Puede que no logren creerlo, pero es real, está ocurriendo y alguien se ha planteado llevar a cabo esta paranoia. La vesania llega para quedarse en el mundo del cine alternativo y de bajo presupuesto, sobre todo, si viene de Alemania. Ahondando en esa cinematografía friki, encontramos títulos como 'Sharknado' (2013), del que hace poco se habló aquí, con sus tiburones voladores movidos por la fuerza de los tornados; películas sobre nazis esquizoides que vuelven de la tumba como muertos vivientes, en 'Zombis nazis (Dead Snow)' (2009), o barrabasadas completamente desconcertantes como 'Iron Sky' (2012), con sus nazis revividos y a la conquista del espacio exterior. Recogiendo las ideas principales de estos títulos, ¿qué ocurriría si mezclásemos el clamoroso éxito alcanzado por la película 'Sharknado' y sus variadas secuelas, con una trama "conspiranoica" nazi y, además, le añadimos el elemento zombie, necesario para rematar a la persona más ingenua? Pues que obtenemos la película 'Sky Sharks' (2017), tiburones zombies voladores tripulados por soldados nazis. ¿Siguen conmigo? ¿Aun conservan algo de cordura? Seguramente hayan perdido unos cuantos millones de neuronas con esta información; ya lo siento, pero eso no es óbice para perderse ningún detalle de esta macarra producción.

Tiburones zombies voladores destruyendo aviones civiles.

La película es un batiburrillo con los elementos antes mencionados, centrada en una alocada premisa y en una no menos alucinante puesta en escena, que quiere superar a 'Sharknado', tanto en locura como en parodia y efectos estrafalarios de puro imposibles. Una sinopsis inicial podría ser la que sigue. Una expedición de geólogos descubre unas instalaciones abandonadas, en donde los nazis realizaron toda clase de extraños experimentos. Buscaban crear el arma definitiva para sus malévolos planes de conquista mundial, durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un ejército mortal de tiburones zombies voladores manipulados genéticamente, a los que acompañaban unos superhombres como tribulación. Son despertados por accidente por el grupo expedicionario y será entonces cuando comiencen su tarea de conquista y destrucción de todo aquello que surque los cielos. Un comando de élite, llamado “Dead Flesh Four” y compuesto por soldados estadounidenses fallecidos en Vietnam, intentará detenerlos para evitar el fin de la humanidad.

Se han quedado "picuetos", ¿verdad? Pero basta de comentarios, esta insensatez no se asimila bien si no se ven las imágenes, así que aquí les dejo el tráiler de esta singular y estrambótica película, fruto de la más perturbada de las mentes.





Espero que la información haya sido de su interés y nos vemos en siguientes artículos. Conserven la cordura, mientras puedan.


sábado, 7 de mayo de 2016

Los Monty Python quieren destruir el planeta


Buenas andanzas, respetables lectores.

Henos aquí de nuevo comentando algunos estrenos de películas que tienen que ver con el género de la fantasía y la ciencia ficción. En esta ocasión, el foco se pone en una producción que vio la luz el año pasado, pero que se estrena en España el 13 de Mayo de 2016. Se trata de la coproducción británica y estadounidense 'Absolutamente todo' (2015), dirigida por Terry Jones, después de más de veinte años sin meterse en estos menesteres. El guión es del mismo Jones junto con Gavin Scott. Narra la historia de un grupo de extraterrestres esquizoides (intrepretados por Terry Jones, John Cleese, Eric Idle, Terry Gilliam y Michael Palin, es decir, los Monty Python al completo, exceptuando a Graham Chapman, por razones obvias de óbito hace aproximadamente un par de décadas), una pandilla de alienígenas, como digo, que pretende destruir la Tierra, reduciendola a la nada. Si bien, antes de arrasar con todo, otorgan a un simple profesor de instituto (Simon Pegg) el poder de hacer absolutamente cualquier cosa, haciendo realidad todos sus deseos. Por ejemplo, conseguir dar una lección a sus peores estudiantes, resucitar a los muertos, conseguir para un amigo la mujer de sus sueños, o dar el don del habla a su perro Dennis (la voz fue interpretada por el fallecido Robin Willliams, en el que fue uno de sus últimos trabajos). El protagonista debe demostrar merecer esos poderes, de lo contrario, el plan de destrucción masiva se ejecutará en el acto. El reparto lo completa la actriz Kate Beckinsale, que incrusta una trama de comedia amorosa en esta película de simplón planteamiento y, según la mayor parte de la crítica, de malogrado resultado final.

Neil Clarke y su perro parlante Dennis.
Neil Clarke y su perro parlante Dennis.

Si bien algunos de los elementos constitutivos de esta producción pueden llamar la atención en un primer momento, como pueden ser la reunión de los Monty Python, el regreso a la dirección de Terry Jones o la participación de Robin Willliams, cabe destacar que la recepción no ha sido muy positiva, al menos, en términos generales. En definitiva, no deja de ser una comedia construida a base de unir varios sketches, muchos de ellos buscando la risa fácil al utilizar los viejos trucos del subgénero slapstick. La introducción de los integrantes del grupo cómico Monty Python, no deja de ser una mera participación testimonial, sin mayor trascendencia dentro de la trama o, lo que es más importante, sin la utilización de su peculiar forma de entender el humor, aquella que les hizo famosos. Ese humor llevado al absurdo, que contenía mucha crítica social y que tan bien supieron imprimir a su programa televisivo, 'Monty Python's Flying Circus' (1969-1974), además de a sus más afamadas películas: 'Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores' (1975), 'La vida de Brian' (1979), o 'El sentido de la vida' (1983).

Neil y Catherine en plena discusión.
Neil y Catherine en plena discusión.

Así pues, para todos aquellos, seguidores incondicionales de estos genios del humor, que busquen en esta película una vuelta a las andanzas de aquellos títulos tan celebrados, lo más probable es que queden irremediablemente desilusionados. No busquen, pues, aciertos como los logrados por películas posteriores que, si bien no estaban integradas por el grupo de los Monty Python al completo, tenían su firma, fueron dirigidas o escritas por alguno de ellos, o tenían a alguno de sus miembros como interpretes principales. Me estoy refiriendo a esas otras maravillas del cine, en donde supieron recoger el espíritu de los primeros y genuinos Python y lo contextualizaron con los gustos de las nuevas épocas, como por ejemplo: 'Los Héroes del Tiempo' (1981), 'Brazil' (1985), 'Las aventuras del Barón Munchausen' (1988), 'Un pez llamado Wanda' (1988), 'Erik el vikingo' (1989) o 'Criaturas feroces' (1997), por citar algunos títulos. Se trata, simplemente, de una comedia ligera, acta por tardes de domingo sin mejores quehaceres que tumbarse en el sofá a descansar.

Por mi parte, nada más. Les emplazo a la siguiente publicación del blog que, espero, sea en breve. Conserven la salud y no olviden verter las sagradas libaciones en honor de los gentiles e ínclitos dioses paganos.




jueves, 5 de mayo de 2016

Los escualos voladores tienen nueva entrega


Bien hallados mis ilustres lectores. He visto que han publicado este póster y no me he resistido a hablar de ello. Espero que les sea de interés.

Empezar el buen tiempo acompañado de una nueva entrega de esta macarra saga de tiburones, que levitan por obra y gracia de la fuerza de los tornados, se está convirtiendo en un ritual difícil de calificar. Aquí tenemos la cuarta entrega de esta ida de olla que, por supuesto, acapara cada vez más surrealismo y espectacularidad, en un ir 'mas allá' con cada nuevo estreno. Una producción desnortada y, en principio, fruto de lo que se puede considerar una broma pasajera; pero que se ha convertido en un fenómeno de masas, con insaciables adeptos que quieren ver más barrabasadas de imposible comprensión. El 31 de julio tienen una cita con esta nueva entrega de 'Sharknado', ese batido intertextual e inconexo que, milagros de la audiencia, acapara la atención de cada vez más personas.

Sharknado en el espacio.

El director especializado en películas de terror de bajo presupuesto, Anthony C. Ferrante, creador de la saga 'Sharknado', es, una vez más, el encargado de llevar a la televisión esta aberración que tanto nos deslumbra, por lo irreverente y macarra de su premisa. Como no puede ser de otra manera, la cadena de televisión SyFy sigue siendo la encargada de semejante despropósito, en consonancia con ese gusto, muy suyo, en producir y emitir telefilmes de bajo coste, nulo argumento, efectos desternillantes de puro simplistas (casi son preferibles los animatrónicos de cartón-piedra de toda la vida) y mucho, mucho sarcasmo. Que semejante socarronería por parte de la cadena tenga su éxito no deja de sorprenderme, aunque compagine estos indescriptibles productos con otros de mejor acabado, como pueden ser las series de televisión de 'Los 100' (2014-...), 'The Magicians' (2015-...) o 'Defiance' (2013-...). Ahora bien, hay que admitir que cuando veo un título como 'Megatiburón vs. Crocosaurio' (2010), algo en mi interior -algo oscuro y legamoso que se esconde en lo más profundo de mi ser- me dice que aquello ha sido una gran idea y que hay que verlo. Un par de bofetadas infligidas sobre mi rostro y vuelvo a ser una persona cuerda. Así pues, ante un título tan preponderante y efectivo como "Sharknado" ¿quién se resiste? Sólo aquellos con una inquebrantable fuerza de voluntad.

El comienzo de todo.

El título completo de esta cuarta entrega es 'Sharknado 4: The 4th Awakens' (2016), en un claro guiño a la saga de Star Wars y la última película estrenada el año pasado: 'Star Wars: The Force Awakens' (2015); el póster que se expone más arriba lo dice todo. Así es mis lectores, es lo que piensan, parece que habrá escenarios en el espacio exterior y tiburones surcando el vacio sideral, sables laser y miembros robóticos. Aquí nada es baladí. Y por si eso no fuera ya suficiente como para que nos estallen las meninges, participarán en este engendro televisivo Stacey Dash, David Faustino, Corey Taylor y Duane Chapman; además, uno de los fichajes estrella vuelve a ser el inclasificable David Hasselhoff, muestro en estos cameos sorpresivos y paródicos. Por tanto, tenemos todas estas novedades, a parte de los clásicos, ya saben, el personaje de Fin defendiendo a su familia, tiburones voladores y motosierras desmenbradoras... qué más quieren.

Así pues, disfruten de estas incorregibles producciones, para ver de lo que es capaz una industria cuando se propone ser irreverente y se encuentra desmandada, a la par que secundada por miles de fans que reclaman semejantes ficciones.

Sean felices mis impenitentes seguidores.